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En el tercer día de actividades del 12º Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) revisamos el filme experimental en 3D de Jean-Luc Godard, 'Adiós al lenguaje'; 'When Animals Dream', ópera prima del danés Alexander Arnby; y el thriller policiaco y de acción, 'On the Job', del filipino Erik Matti. Además de la conferencia de prensa de 'Las nubes de María' impartida por la actriz francesa Juliette Binoche.
Adieu au langage (Adiós al lenguaje)
Dir. Jean-Luc Godard, Francia / Suiza, 2014.
El año pasado, Jean-Luc Godard incursionó en 3x3D, un proyecto vanguardista que recurrió al empleo de la tecnología 3d para su realización. En el fragmento que dirigió, Les trois désastres, el cineasta deconstruyó la relación del cine con la perspectiva en una rápida sucesión de imágenes, sonidos y referencias históricas que colapsaron para formar un collage estimulante intelectual y visceralmente. Ahora, Adiós al lenguaje es, de algún modo, variación y continuidad de aquel. Godard emplea desplazamientos sonoros, piezas de música clásica, material de archivo, discursos fragmentarios, referencias a la historia, el cine y la filosofía, alusiones literarias y provocaciones retóricas para experimentar con uno de los atributos del 3D: la profundidad. Más allá de un perro que, mientras recorre calles y bosques, observa el encuentro, enamoramiento, discusiones y peleas de un hombre y una mujer, el filme es una exploración de la imagen. La perspectiva pictórica, el color y la luz de la pintura impresionista, las agresivas tonalidades que cubren todo el cuadro (en este caso, la pantalla) fauvista, la representación de las naturalezas muertas, son elementos de la pintura trasladados al cine que, con su capacidad de manipular el tiempo y el movimiento, analiza la imagen desde los ojos, con el uso exclusivo de la mirada, despidiendo al lenguaje. Además de los efectos estereoscópicos convencionales, los experimentos de Godard radican en colocar imágenes totalmente diferentes en cada ojo, resultando en una serie de superposiciones incómodas y sorpresivas.
LFG (@luisfer_crimi)
Når dyrene drømmer (When Animals Dream)
Dir. Jonas Alexander Arnby, Dinamarca, 2014.
La belleza de las primeras imágenes de la ópera prima de Jonas Alexander Arnby (un hombre que trabajó en el departamento de arte de Breaking the Waves y Dancer in the Dark, ambos de Lars von Trier) es comparable a los paisajes del pintor romántico alemán, Caspar David Friedrich, o a los interiores de Vilhelm Hammershøi, pintor danés. Sin embargo, al igual que en la obra de estos dos artistas, las atmósferas grises e invernales invadidas por esa luz blanca (propia de los países nórdicos) arrastran algo siniestro y contienen una funesta historia. Situada en una pequeña y cerrada comunidad costera del norte de Dinamarca, Marie (Sonia Suhl) es una joven sometida a constantes revisiones médicas, pero desconoce la enfermedad que padece. Ella vive con su padre (Lars Mikkelsen) y su madre (Sonja Richter) –una mujer que yace prácticamente inmóvil en silla de ruedas, sin hablar, pero consciente de lo que ocurre a su alrededor–. Al examinar su cuerpo y descubrir los secretos que le oculta el médico, Marie se percata que sufre una serie de alteraciones corporales (uñas ensangrentadas, crecimiento de vello en la espalda y en el pecho). La joven es víctima de una metamorfosis, pero en lugar de continuar con los tratamientos, decide asumir su nueva condición animal, aunque eso signifique renunciar a su familia. When Animals Dream (2014) se asemeja en su tratamiento a la penumbra de la sueca Let the Right One In (2008) narrando, también, una especie de amor juvenil imposible, pero incluye el despertar sexual, carnal, lascivo y animal de una adolescente que necesita satisfacer sus deseos antes de convertirse en el monstruo al que está condenada. El pálido y alargado rostro de Marie la aproximan a la figura de El grito de Edward Munch; su transformación conlleva una dosis de angustia y ansiedad para los que la rodean y también para el público.
LFG (@luisfer_crimi)
On the Job
Dir. Erik Matti, Filipinas, 2014.
On The Job representa la relación “padre-hijo” en dos vertientes: la dinámica de un veterano prisionero y su arrogante joven aprendiz, y el gobierno como mentor y protector de los delincuentes. Este drama criminal dirigido por el filipino, Erik Matti, basado en hechos reales, retrata cómo los altos políticos, en una operación clandestina, utilizan presos como asesinos a sueldo para conseguir protección o capturar a otros peligrosos criminales. El encarcelamiento les ofrece a Tatang (Joel Torre) y Daniel (Gerald Anderson) la posibilidad de tener un empleo realizando labores especiales ordenadas por una élite gobernante. Francis (Piolo Pascual), es un policía asignado por la NBI (Oficina Nacional de Investigación) para resolver algunos crímenes, pero pronto se ve sumergido en la ola de corrupción donde políticos, policías y delincuentes intercambian favores. En medio de una encrucijada, Francis debe decidir en donde depositar su lealtad. Matti y el cinefotógrafo, Francisc Ricardo Buhay III, capturan la dinámica real de los mercados, las calles bulliciosas, el laberinto de viviendas, los rincones oscuros y las opresivas multitudes para retratar una Manila amenazante.
LFG (@luisfer_crimi)
Conferencia de prensa: Juliette Binoche
La actriz francesa, Juliette Binoche, quien visita por segunda ocasión Latinoamérica, ofreció la tarde del domingo 19 de octubre una conferencia de prensa en las Biblioteca Pública de Morelia para hablar sobre el Las nubes de María (Clouds of Sils Maria, Dir. Olivier Assayas, 2014), cuya premiere en México se lleva a cabo en la 12ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia. Respecto a este filme señaló que trata sobre las dificultades que cualquier persona puede enfrentar en la vida cotidiana. Si bien es cierto que en el filme, ella interpreta a una actriz que esta en la cima de su carrera, los conflictos humanos pueden sucederle a cualquiera. Binoche dijo:
En esta película, mi personaje rechaza participar en ese proyecto porque ya está inmersa en una dinámica igual en su vida diaria. Es la relación con su asistente y vemos cómo poco a poco puede, o no, llegar a involucrarse en nuevo proyecto.
Específicamente sobre su personaje, manifestó:
Era una actriz interesante y cada vez es menos importante. Hay una especie de enervamiento y flojera. Es celosa, es fea, es desagradable.
Ganadora del Oscar por su papel en The English Patient (1996), la actriz francesa también ha sido galardonada en los festivales de mayor prestigio a nivel global (Berlin, Cannes y Venecia) y ha trabajado con los mejores realizadores de nuestros tiempos (Krzysztof Kieslowski, Leos Carax, Michael Haneke, Abbas Kiarostami, por mencionar algunos). Una de las motivaciones de Binoche para colaborar con diversos realizadores consiste en no repetir mancuernas con ninguno de ellos. Hasta ahora, no ha trabajado más de dos veces con un mismo realizador:
No estoy en contra de repetir; pero sí me gusta no repetir. Me gustan las sorpresas.
Estar rodeada de grandes directores y colaborar con ellos, no ha despertado su interés en dirigir sus propios filmes:
Nunca he estado frustrada de no dirigir; he trabajado con muchos directores y ellos lo hacen con calidad por su capacidad de ser grandes. Ellos saben todo lo que debe suceder, el actor sólo sabe cómo interpretar. Lo importante es esa alquimia entre interior y exterior. El director recibe, ve, observa, conduce y sabe qué funciona y qué no. Ambos [director y actor] van de la mano como en el tango. La creación es mi pasión, pero estoy muy ocupada en otros asuntos –mi carrera como actriz, mi familia– para dedicarme a la dirección. El director saca la verdadera belleza del actor. La belleza no consiste en el glamour y en la cantidad de maquillaje que me pongo, por ejemplo, nunca me había sentido y visto tan bella como en Camille Claudel 1915, un filme en el que no utilicé maquillaje. Y esa belleza fue gracias al director [Bruno Dumont]… Me gusta la confianza que se da entre director-actor, y eso es lo que yo aprecio.
Binoche recalcó que todo papel es posible de interpretar, siempre y cuando se tenga la capacidad suficiente para entenderlos. La interpretación de un actor “es ir de un personaje a otro, es como ir de una pintura a otra”. Agregó que la conexión con los personajes no siempre es visible, y que hay algo misterioso, que se encuentra en la intuición, en el inconsciente que le permite aceptar los personajes que hasta la fecha ha interpretado. Añadió que una de las palabras clave, no sólo en la actuación, sino en la vida, es “transformación”:
Cambiar y modificarnos mediante formas, encuentros, contactos, relaciones y vivencias. Ese es el contrato que tenemos con nosotros mismos. Comprender que todos tenemos sensibilidades diferentes; es la idea de que todo ser es transformable y transforma.
Finalmente, Binoche advirtió que lo que ocurre a través del actor es lo importante, el actor como figura no es tan importante. Todos se han encargado de ensalzar la figura del actor como si se tratara de alguien superior, del único responsable de que funcione o no una película. La verdadera esencia de aquello que el público siente al ver la película, es aquello invisible que está entre las acciones y la cámara. El actor es el instrumento que permite ver lo importante a través de su cuerpo y de su accionar.
Inspiradora de varios de los más grandes cineastas de la actualidad, Juliette Binoche es, por excelencia, el símbolo contemporáneo del cine francés. Representa la apertura de Francia hacia el mundo; una actriz que va más allá de sus fronteras y que ahora, estando en Morelia, señala que “el cine es una manera de tener contacto con el mundo y con uno mismo” y celebra “la magnífica posibilidad que México le da al cine internacional en un evento de esta magnitud”.
Juliette Binoche en conferencia de prensa presentando Las nubes de María.
LFG (@luisfer_crimi)