En este espacio compartiremos nuestras impresiones sobre los largometrajes que integran la selección oficial Competencia Internacional de la 7ª edición del Festival Internacional de Cine UNAM.
Corazones cicatrizados
Inimi cicatrizate, Dir. Radu Jude, Rumania/Alemania, 2016.
★★★½
Ambientado en la Rumania de la década de 1930, Emanuel (Lucian Teodor Rus), un joven de 20 años que sufre tuberculosis ósea, es internado en un sanatorio en la costa del Mar Negro. Él se enamora de una paciente, hace planes a futuro, se mantiene optimista y dispuesto a vivir la vida al máximo aunque su cuerpo se consume lentamente debido a la cruel enfermedad. Inspirado en la novela autobiográfica del autor rumano, Max Blecher, escrita antes de morir a la edad de 29 años, el realizador Radu Jude (Aferim!, 2015) explora el lento e inexorable curso de la enfermedad. Con una cuidadosa reconstrucción histórica, una pulcra puesta en escena y una imperturbable cámara fija, Radu Jude utiliza el formato 4:3, con los bordes de la pantalla biselados, para confeccionar atractivos cuadros que recuerdan a Mantegna y Rembrandt, principalmente aquellas obras donde el enfermo descansa sobre la espalda con las piernas extendidas. Conforme el relato avanza, las pinceladas de humor negro emergen y el espectador descubre una serie de prácticas médicas anticuadas, incluyendo el inútil derramamiento de sangre, los vaciados de yeso y la falta de anestesia, al mismo tiempo que el dolor y el sufrimiento se hacen más palpables en la progresión inevitable hacia la muerte.
LFG (@luisfer_crimi)
Rey
Dir. Niles Atallah, Chile/Francia/Holanda, 2017.
★★★★
En 1860, el aventurero y explorador francés, Orélie-Antoine de Tounens (Rodrigo Lisboa), viaja a la zona del Cono Sur para, armado con una constitución y una bandera, fundar el Reino de la Araucanía y la Patagonia en el que los indígenas de la región son su prioridad. Sin embargo, un traidor lo entrega a las autoridades chilenas para ser juzgado y condenado al perpetuo encierro. Rey alcanza las dimensiones de lo que significa ser un fascinante monstruo; el cineasta chileno nacido en California, Niles Atallah, trabaja como si fuera Frankenstein. Él construye su filme a partir de trozos y piezas de celuloide que él mismo filmó hace algunos años, los enterró para que sufrieran daño y después los utilizó para colocarlos, junto con material de archivo proporcionado por el EYE Museum of Amsterdam, en una serie de capas narrativas que cuestionan la naturaleza enigmática y desconcertante de este personaje histórico enterrado bajo una serie de mitos y leyendas. Además de su fascinación por la reconstrucción histórica y la exploración geográfica, la propuesta artística y estética de Atallah está estrechamente vinculada al carácter físico del medio, a su materialidad; el rollo de película es utilizado como un lienzo que sirve como soporte de la pintura, la fotografía y el collage.
LFG (@luisfer_crimi)
Bomba del Poder Popular: El diario de la Rosa de Vietnam
People Power Bombshell: The Diary of Vietnam Rose, Dir. John Torres, Filipinas, 2016.
★★★
El diario de la Rosa de Vietnam fue un proyecto que el cineasta filipino, Celso Advento Castillo (1943-2012), no pudo materializar debido a diversos problemas financieros y logísticos en los años ochenta. Casi tres décadas después, el joven realizador John Torres, perteneciente a la era del cine digital, decide recuperar varios rollos de película de este proyecto para elaborar un nuevo documental que evoca al cine abstracto muy del estilo de Stan Brakhage. Las estrategias de instalación, superposición, intervención y alteración están presentes a lo largo del filme para que Torres elabore una reflexión en torno al deterioro y la transformación de la imagen. En última instancia, Bomba del Poder Popular… es una metarreflexión; una película sobre el cine, un cine que abraza y envuelve a otro cine, una autoconciencia que invoca constantemente el proceso creativo y la construcción de la propia película, incluyendo su naturaleza ilusoria y su materialidad.
LFG (@luisfer_crimi)
Todas las ciudades del norte
Svi severni gradovi, Dir. Dane Komljen, Bosnia Herzegovina/Serbia/ Montenegro, 2016.
★★★
En un entorno misterioso de Montenegro, en el que los edificios de hormigón están cubiertos de malezas, dos hombres mantienen una relación enigmática e indefinida mientras realizan sus tareas cotidianas. Inesperadamente, el realizador bosnio, Dane Komljen, inserta imágenes de Lagos (donde los arquitectos yugoslavos erigieron estructuras concretas) y Brasilia (una ciudad espectral impulsada por las necesidades vitales de los trabajadores que la construyeron). De esta manera tres regiones distantes y lastimadas por la historia comparten la utopía del progreso mientras son testigos de la decadencia. En un tono preponderantemente elegíaco y con la ayuda de tomas pronunciadas y largos silencios, Komljen muestra la manera en que las poblaciones locales vuelven a apropiarse de las estructuras arquitectónicas modernas, construyendo alrededor de ellas nuevas dinámicas de vincularse con los espacios abandonados y, por lo tanto, la posibilidad de proponer nuevas narrativas.
LFG (@luisfer_crimi)
El ornitólogo
O Ornitólogo, Dir. João Pedro Rodrigues, Portugal/Francia/Brasil, 2016.
★★★★
Fernando (Paul Hamy) es un ornitólogo que emprende una exploración de campo en un lejano bosque con la intención de estudiar a las cigüeñas negras –especie en peligro de extinción–. En un descuido, las violentas corrientes de un río lo arrastran hasta una zona ubicada en el norte de Portugal, cerca de la frontera con España. Dos mujeres chinas que se dirigen hacia Santiago de Compostela lo rescatan, pero el hombre se da cuenta que ha quedado extraviado en un denso y peligroso bosque que resguarda muchos secretos. El ornitólogo comienza como una pausada observación de la naturaleza muy cercano al estilo documental para luego dar paso a una visión lírica naturalista que incluye una parábola de Fernando cuando él desciende metafóricamente en el Leteo, el río del olvido. A partir del contacto con las dos turistas chinas, la tensión de la pasión carnal se sugiere y luego explota la mística de la película: Fernando cambia su nombre por el de Antonio. La película, entonces, se revela como la versión traducida, alterada y contemporánea de la vida de San Antonio, cuyo nombre secular era Fernando Martim de Bulhões, el sacerdote franciscano que nació en Lisboa y murió en Padua. Así como lo hizo en su cortometraje Manhã de Santo António (2012), João Pedro Rodrigues vuelve a explorar la figura de este santo en la tradición portuguesa mediante un viaje onírico que posee ingredientes procedentes de los bestiarios fantásticos, así como elementos mitológicos y cristológicos.
LFG (@luisfer_crimi)
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