Varios directores de cine comenzaron sus carreras como diseñadores gráficos, pintores o ilustradores, pero, salvo pocos casos (Jean Cocteau y Derek Jarman, dos de ellos), son pocos los cineastas-artistas que se han consagrado fuera del medio cinematográfico.
A los 11 años de edad, un pequeño niño llamado Martin Scorsese, elaboró el ‘storyboard’ de The Eternal City, una epopeya romana imaginaria –cuyo formato es el de pantalla ancha– que soñaba hacer desde pequeño. Las ilustraciones son un ejemplo de la cinefilia de Scorsese; se trata de un conjunto de imágenes realizadas por un niño fascinado por el cine, el dibujo, lo colores y los detalles. Situado en la antigua Roma, el pequeño Martin no duda en darse el crédito como productor y director del filme imaginario.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: Cinephilia and Beyond