Altavoz: Jan Švankmajer · Sobre ‘The Insects’, próximo proyecto de Švankmajer · Reiniger y Starevich: pioneros de las marionetas stop motion
A partir del 2 de octubre de 2014 y hasta el 11 de enero de 2015, La Casa Encendida, en Madrid, España, presenta la exposición “Metamorfosis. Visiones fantásticas de Starewitch, Švankmajer y los hermanos Quay”, figuras esenciales en la historia del cine de animación. El ruso afincado en París, Ladislas Starevich (1882-1965), pionero de la animaciónn; el cineasta, escultor, ilustrador y poeta checo Jan Švankmajer (1934); y los surrealistas contemporáneos, Stephen y Timothy Quay (1947), son motivo de una muestra que busca evidenciar su influencia en varios ámbitos de la creación artística contemporánea (Terry Gilliam y Tim Burton son algunos de los realizadores que se han nutrido de la obra de los tres anteriores).
La exposición, coproducida con el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, donde se ha podido ver previamente, busca generar diálogos y crear lazos compartidos entre los artistas. Jan Švankmajer y los hermanos Quay colaboraron en una instalación específica para esta muestra. Mediante marionetas, dibujos, grabados, esculturas, pinturas, pósters, fotografías y libros, se presenta un recorrido por su trayectoria fílmica y por las piezas que han construido para la realización de sus películas.
Con motivo de “Metamorfosis…”, el periodista Luis Martínez, de la publicación española El Mundo, entrevistó a Jan Švankmajer. Además de hablar sobre el uso de los sentidos para la apreciación artística, el artista checo habló sobre el vínculo entre imaginación e infancia y aprovechó para señalar que “Disney es el mayor corruptor de la imaginación de la humanidad”. A continuación recuperamos parte de la entrevista:
Otro de los conceptos que está al otro lado es el de infancia. La niñez a la que se dirigen y de la que hablan sus trabajos está asociada a la imaginación como un terreno fértil y ciertamente oscuro ¿Hasta qué punto nuestra cultura no ha acabado por pervertir todo lo relacionado con el mundo de los niños?
La creación es un proceso fundamentalmente imaginativo. Trabaja con el subconsciente yo diría que en un 80% y sólo el 20% restante es una intervención controlada. La infancia, los sueños y el erotismo son las tres fuentes básicas de la creación. Si uno cierra la puerta de su infancia se condena la posibilidad de crear. De todas formas, conviene tener en cuenta que la niñez nunca fue ese espacio idílico que intentan vendernos. Mi mujer decía que el que sobrevive a su infancia, sobrevive a todo. Y es verdad, lo que ocurre cuando somos niños es básicamente un ejercicio de domesticación. Entonces, sufrimos los primeros ataques de represión. Se nos obliga a que hagamos caca y pis en el orinal y eso ya es una labor represiva. Nacemos dueños de nuestra libertad. La infancia es una lucha constante por ceder, por saber hasta dónde nos dejamos robar nuestra libertad.
¿Y qué le parece el mundo de Disney?
En una ocasión escribí, y me regañaron mucho por ello, que Disney es el mayor pervertidor de la imaginación de los niños que ha conocido la humanidad. No niego que sus primeras películas fueron excepcionales, pero con el tiempo es el mayor engaño que jamás ha sufrido la infancia. En general, la literatura o el cine para niños es una gran mentira comercial. El arte para los niños existe para obligarles a desear o querer algo que les es completamente ajeno. Los niños son crueles y lo que más les gusta es cualquier cosa que les haga rebelarse, pues, por naturaleza, se resisten a ser domesticados; se resisten a la represión que necesariamente el mundo adulto ejerce sobre ellos.
¿Cómo fue su infancia?
Yo tuve la suerte de que cuando tuve 8 o 9 años mi padre me regaló un teatro de marionetas. Para mí cambió el mundo. Con él, representaba las situaciones de represión que vivía día a día, y así me liberaba. Era un niño introvertido y muy flacucho. Digamos que no tenía ninguna autoridad entre los otros críos. Ese teatro me salvo. Todo lo que hago aún hoy lo comparo con mi teatro de marionetas.
En los 60, hubo quien encontró un contenido revolucionario a la cultura de masas como la forma de acabar con el 'establishment'. ¿Qué ha fallado en ese proyecto?
La cultura de masas y la publicidad son los dos pilares de la civilización. Sin ellos dejaríamos de consumir y sin el consumo, dejamos de existir. Todo está pensado para que no pensemos; que no pensemos ni cómo estamos ni qué queremos de la vida... La cultura popular existe para que nos entretengamos un poco en el tiempo que pasa desde que salimos del trabajo hasta que volvemos de nuevo a él. No hay ni ha habido ningún elemento revolucionario en la cultura de masas.
Altavoz: Jan Švankmajer · Sobre ‘The Insects’, próximo proyecto de Švankmajer · Reiniger y Starevich: pioneros de las marionetas stop motion
LFG (@luisfer_crimi)
Fuentes: El Mundo, La Casa Encendida