Pocos directores han trabajado y cosechado éxitos en dos de las más importantes industrias del cine: Hollywood y China (los dos mercados más grandes del mundo). Pero también, pocos han tenido que experimentar una serie de rechazos poco justificados, como es el caso del realizador francés, Jean-Jacques Annaud (El nombre de la rosa, 1986).
Después del estreno de su drama protagonizado por Brad Pitt, Siete años en el Tíbet (1997), se le informó a Annaud que se le negaría la entrada a China para el resto de su vida a causa de la indignación de las autoridades debido a la representación e interpretación de un tema políticamente sensible como el Tíbet. Sorprendentemente, Annaud fue capaz de reparar su relación con los chinos, y casi dos décadas después, regresó para realizar el drama épico Wolf Totem (2015), una coproducción entre China y Francia respaldada por China Film Group, el estudio central del país.
Ahora, Annaud se encuentra bloqueado desde la dirección opuesta. Después de que Wolf Totem logró recaudar más de 110 millones de dólares en China, la película fue seleccionada por el país asiático para representar en China en la carrera por el Oscar en la categoría de Película en Lengua Extranjera. Sin embargo, en una carta fechada el 5 de octubre de 2015, la Academia declaró que “la película, a pesar de ser una producción china, con actores de aquel país y hablada en mandarín, pero dirigida por un francés, no es lo suficientemente china”. Aunque la financiación estuvo dividida en un 80 (China) y 20% (Francia), la Academia indicó que el equipo principal y creativo del filme no es chino: el director, el cinefotógrafo (Jean-Marie Dreujou), el editor (Reynald Bertrand) y el compositor (James Horner) “violan las normas respecto a que una producción debe estar en las manos de los ciudadanos o residentes del país que representan”.
La medida marca un giro distinto al de 2014, cuando The Nightingale (2013), una película china dirigida por el francés Philippe Muyl, sí fue considerada por la Academia, otorgándole la oportunidad de ser elegible entre las finalistas.
Annaud, que ganó un Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera en 1977 representando a Costa de Marfil con el filme La victoire en chantant, declaró que la decisión de la Academia es “confusa y arbitraria”. En entrevista para The Hollywood Reporter, el director señaló:
¿Cuál es la mayor sorpresa para todos nosotros en este caso? Que las reglas de la comisión de selección no son claras y pueden manipularse fácilmente, y acabo de leer que el comité quiere tener la garantía de que el control artístico de las películas esté en manos de los nacionales del país que se representa. Por lo tanto, me estoy preguntando lo siguiente: ¿Por qué los actores no son parte del equilibrio o de la cuota? ¿Por qué el productor, aquel que inició el proyecto y que es el responsable del 80% del financiamiento tampoco es tomado en cuenta? Así que ahora, al parecer, ¿las películas deben tener al director del país que presenta con el fin de competir? ¿O a qué se refieren exactamente con “control creativo”?
Varios de estos cuestionamientos los envíe en una carta al día siguiente, el 6 de octubre. Y desde entonces hemos intercambiado correos electrónicos, pero sé que no van a cambiar su decisión. Tengo curiosidad por una cosa: ¿Por qué el cine estadounidense ha prosperado, desde los orígenes del cine hasta su consolidación como mercado global, apropiándose de artistas, directores, músicos, fotógrafos, diseñadores de vestuario? Las películas de Hollywood son hechas por el talento global, y no por ello dejan de ser películas estadounidenses. ¿Por qué las películas en lengua extranjera son tratadas de manera distinta?
En un movimiento de último momento, Go Away Mr. Tumor (Gun dan ba! Zhong liu jun), la comedia del joven realizador, Han Yan, representará a China en la carrera por el Oscar.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: The Hollywood Reporter