Después de introducir ilegalmente a sus dos perros, un Pistol y Boo, de raza Yorkshire Terrier en Australia, Johnny Depp podría enfrentar hasta 10 años de prisión. El intérprete de 51 años, aterrizó en su jet privado, a principios de mayo en Australia para reincorporarse al rodaje de la quinta entrega de Piratas del Caribe, Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales, y se llevó consigo a sus mascotas. Depp no declaró la presencia de sus perros, y de ese modo, violó la estricta cuarentena a la que deben someterse los animales que se desplazan a este país, cuya flora y fauna es única en el mundo.
El 25 de mayo, un comité del Senado de Australia le informó al actor estadounidense, que podría recibir una condena de hasta 10 años de prisión o una multa máxima de hasta de $265.000 dólares ($4 056.01898 pesos mexicanos). El piloto también podría recibir hasta dos años de cárcel por su participación.
La historia se hizo notoria cuando varios medios locales publicaron imágenes de las mascotas de Depp en una peluquería, fue entonces que las autoridades iniciaron una investigación y se descubrió que el actor, sus compañeros de viaje y los integrantes de la tripulación de vuelo no habían declarado la presencia de los animales. Barnaby Joyce, el Ministro de Agricultura de Australia, llegó a amenazar con sacrificar a los perros si el intérprete no los sacaba del país en los siguientes dos días.
Mientras se resuelve el caso, Amber Heard, la esposa de Depp, regresó a California con los perros, llamados Pistol y Boo. Informes recientes sugieren que Depp había dejado el set de Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales, para estar con ellos, pero su publicista ha negado esa información.
VSM (@SofiaSanmarin)
Fuente: The Guardian