*Alerta de Spoiler*
Star Wars: The Last Jedi (Dir. Rian Johnson, 2017) ha estado en las salas de cine por un mes, más o menos, y el debate continúa. Lo cual debería de ser tomado como el mayor cumplido que el filme podría recibir.
Muchos de los seguidores de la franquicia quedaron muy decepcionados por la película dirigida y escrita por Rian Johnson (Brick, 2005), quien declaró que los padres de Rey no importan, quien llevó al límite el significado de usar la Fuerza y, lo más importante de todo, quien mató a Luke Skywalker (Mark Hamill). También es cierto que en The Last Jedi, el personaje está lejos de ser el joven héroe que conocemos. Cínico y fastidiado, ahora cree que los Jedi, y el mito construido alrededor de ellos, son más una amenaza que un alivio para la Rebelión. Y, para aquellos a los que les gusta la película, es precisamente ese cambio lo que la hace agradable.
Ha habido tanto defensores como detractores del filme, pero el último en entrar a la refriega fue Joseph Gordon-Levitt (Snowden, 2016). En un texto publicado por Medium, el actor deja en claro su relación profesional con Johnson, pero más allá de ello, Gordon-Levitt afirma que apenas tuvo oportunidad de ver el filme completo y, por ello, decidió compartir sus pensamientos.
En pocas palabras, Gordon-Levitt piensa que el cambio en Luke fue parte de una progresión natural del personaje. La diferencia de edad es suficiente motivo para que su relación con la Fuerza sea distinta a cuando era un Jedi joven. Aquí algunos fragmentos del texto del actor:
“Dejar a Luke sin ningún cambio habría sido perder una gran oportunidad. Piensen lo raro que es esto. Una trilogía es realizada con un protagonista joven interpretado por un actor a mitad de sus 20. Luego, no menos que 40 AÑOS DESPUÉS, el mismo actor decide interpretar al mismo personaje transformado en un hombre más viejo. No sé cuántas veces eso ha ocurrido en la historia del cine. ¿Ha ocurrido alguna vez?
Esto otorga al cineasta y al actor una extraordinaria oportunidad de contar una historia acerca de una de las verdades humanas más universales: envejecer. Todos envejecemos, al menos aquellos que somos los suficientemente afortunados de sobrevivir a nuestra juventud llena de alegrías, terror, enigmas, trampas, sorpresas y las inminencias que las acompañan. Volver a encontrarnos con nuestro amado protagonista décadas después de haberlo visto por última vez, sólo para aprender que los años cambian algunas de nuestras cualidades fundamentales, lo admito, es casi imposible de ver. Pero, mediante ese contraste entre el Luke joven y el viejo, The Last Jedi ofrece un único y fascinante retrato de la vida de un hombre que, inevitablemente, marcha hacia adelante.
El tiempo nos cambia. Hablen con cualquier persona con 60 años y pregúntenle si se siente distinto a como se sentía a los 20. La mirada en su rostro seguramente lo dirá todo. Así como muchas de las miradas de Mark Hamill durante la que me parece una actuación bella y sincera…
… Para mí, esta es una historia acerca de no perder la fe: fe en el mundo de fuera, fe en nuestros aliados, así como en nuestros enemigos, en el futuro y en el pasado, en la generación que sigue y que tomará nuestro lugar y, sí, fe en nosotros mismos. Luke ha cometido errores con terribles consecuencias y su arrepiento es tan grande que prefiere rendirse. Es necesario ver esa desesperación escondida bajo una coraza de indiferencia, para que, cuando él finalmente se decida a hacer un último sacrificio, tenga sentido y signifique algo. Es más que sólo detener a la Primera Orden para que escape el resto de la Resistencia. Nuestro protagonista ha llegado al final de su viaje. Ha reencontrado su fe, tanto en el pasado como en el futuro de la Orden Jedi y, más importante aún, en sí mismo. Una vez más, es en ese contraste existente entre el inicio de un viaje y su final, donde comprendemos el significado de una historia”.
Es una gran perspectiva del filme y, aunque no estén de acuerdo con él, Gordon-Levitt no tendrá problemas, pero sí les recordará: “Esto no es política ni deportes. Es el fruto de la subjetividad”.
Trad. EnFilme
Fuente: The Playlist