En la actualidad, la Ley Federal de Cinematografía estipula que el 10 por ciento del tiempo en pantalla debe destinarse al cine mexicano. Tanto Cinépolis como Cinemex tienen la obligación de exhibir durante una semana, las películas nacionales. En un artículo del Economista fechado el 2 de julio del año en curso, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador propuso sacar al cine mexicano del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCA) e imponer un 30 por ciento del tiempo total de exhibición en producciónes nacionales, así como dos semanas obligatorias en el cine y una mejoría en los horarios en que se presentan. Incluso, se contempló un incentivo fiscal para aquellos que exhibieran el 35% de cine nacional.
Con el nuevo acuerdo comercial entre México, Canadá y Estados Unidos (USMCA), se logró negociar reservas en el apartado cultural. En la sección que compete a la cultura se estipula que “los estados tienen el derecho soberano de preservar, desarrollar e implementar sus políticas culturales, apoyar sus industrias culturales con el fin de fortalecer la diversidad de las expresiones culturales y preservar su identidad cultural. Para preservar y promover el desarrollo de la cultura mexicana, México ha negociado reservas”. Las reservas a las que este documento se refiere, buscan proteger la cultural nacional. El documento también señala que los exhibidores de cine mantendrán el 10 por ciento del tiempo total a la proyección de películas nacionales, tema que se contrapone con el 35 por ciento que López Obrador propuso.
En el articulo llamado Excepción cultural a México en el USMCA, Víctor Ugalde, presidente del Observatorio Público Cinematográfico Rafael E. Portas, menciona “Se pierde la reserva que teníamos del 30 por ciento y se reduce a sólo 10 por ciento para tiempo de pantalla de nuestro cine. Toda la comunidad debería saltar en defensa de nuestra expresión. Está en riesgo la soberanía ideológica de nuestro país”.
Por otro lado, Arturo Saucedo, especialista cultural, comentó: “A México le benefició la excepción cultural; lo malo es que no tenemos una política cultural y es necesaria. El tratado nos obliga a despertar para desarrollarla; es urgente una política cultural de Estado ligada a la economía con un régimen fiscal para la cultura. La excepción cultural no se encuentra en nuestro marco normativo y es necesario desarrollar una política de Estado; pero si contamos con la ratificación de la Convención de Diversidad Cultural del 2005, que sí nos permite sustraer a la cultura de cualquier tratado comercial y disponer políticas para su protección y para preservar la diversidad cultural”.
El tiempo dirá si las propuestas realizadas por el presidente electo consiguen llegar a un buen puerto o simplemente terminan estancadas en el tintero. Aquí puedes leer el artículo completo del Economista, donde también se habla de los proveedores de internet y los derechos de propiedad intelectual.
Trad. EnFilme
Fuente: El Economista