A continuación te compartimos nuestra lista de las 25 peores películas estrenadas en México en cartelera comercial durante este 2017.

25. Mujer en llamas

(Kidnap, Dir. Luis Prieto, Estados Unidos, 2017)

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Halle Berry le da rienda suelta a su exagerado dramatismo con una exposición febril de lágrimas y caras de preocupación.

24. Baywatch: Guardianes de la bahía

(Baywatch, Dir. Seth Gordon, Estados Unidos, 2017)

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El problema es que más allá de burlarse de la serie, el filme traduce su ridiculez noventera a este siglo, convirtiendo el humor involuntario en un monstruoso chiste cubierto de clones malhechos de sí mismo.

23. La Navidad de las madres rebeldes

(A Bad Moms Christmas, Dir. Jon Lucas y Scott Moore, Estados Unidos/China, 2017)

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Los directores y guionistas ni siquiera intentan construir sobre el esfuerzo del filme anterior; ellos están contentos al momento de ofrecer la misma vulgaridad estridente y descuidada.

22. Mío o de nadie

(Unforgettable, Dir. Denise Di Novi, Estados Unidos, 2017)

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Psicológicamente, hay material perverso e interesante al ver a una mujer que manipula a un hombre con una historia sobre abuso para herir a otra mujer, pero desafortunadamente, el guion no explora esta línea y se muestra anticuado en su descripción de las dinámicas del matrimonio, deficiente en su carga erótica y repetitivo en su repertorio de torturas.

21. El aro 3

(Rings, Dir. F. Javier Gutiérrez, Estados Unidos, 2017)

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El filme invierte mucho tiempo en tratar de explicar la compleja mitología que se esconde detrás de la premisa planteada por Hideo Nakata en el filme original; pero sus disparatadas propuestas, más que sorprender al espectador y provocar sustos en la audiencia, sólo desatarán risas y bostezos.

20. Manhattan en la oscuridad

(Manhattan Nocturne, Dir. Brian DeCubellis, Estados Unidos, 2016)

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Muy pocas acciones descritas en el guion tienen coherencia y sentido. DeCubellis piensa que con ambientar las escenas en la oscuridad automáticamente surgirá el drama y la tensión. El director se olvida de la esencia de sus personajes, y nunca indaga en sus psicologías dañadas, sus traumas y sus dilemas morales.

19. La reencarnación

(Incarnate, Dir. Brad Peyton, Estados Unidos, 2016)

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Filme de terror que recupera elementos de The Exorcist (1973), Dreamscape (1984), Avatar (2009) e Inception (2010), para mezclarlos indistinta y torpemente en una frágil reflexión sobre los sueños y el tiempo, y termina siendo un desastre tedioso y predecible.

18. El plan maestro

(Marauders, Dir. Steven C. Miller, Canadá, 2016)

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Es el tipo de película escrita como es editada una mala secuencia de acción: con muchos cortes pero sin demasiada lógica ni continuidad. En el guion hay mucha información, muchos datos que se van aglutinando, entrelazando y que dificultan la verosimilitud.

17. La cabaña

(The Shacke, Dir. Stuart Hazeldine, Estados Unidos, 2017)

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La manera en que el filme aborda el tema del perdón –dejar atrás el rencor e ir con Dios– es escandalosamente hipócrita al no cuestionar las acciones del turbio pasado del protagonista, e incluso, justificándolas.

16. Premonición

(2:22, Dir. Paul Currie, Estados Unidos/Australia, 2016)

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El guion de la película dicta cada punto de la trama literalmente y sin subtextos desafiantes. Cada advertencia sale de la aturdida y fruncida boca de un acartonado Michiel Huisman, o peor aún, de su monótona voz en off.

15. A toda velocidad

(À fond, Dir. Nicolas Benamou, Francia/Macedonia, 2016)

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Un filme de acción tosco y torpe, carente de ingenio y sin emoción. El guion, que transmite una sensación de pesadez y artificialidad en su escritura, construye los personajes a partir de estereotipos unidimensionales.

14. Obsesión

(Broken Vows, Dir. Bram Coppens, Estados Unidos, 2016)

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Como suele suceder en los thrillers fallidos, la falta de comunicación rápida y honesta de la protagonista frustra al público al grado de realizar la pregunta obvia: “¿Por qué no llamaste inmediatamente a la policía?”.

13. La razón de estar contigo

(A Dog's Purpose, Dir. Lasse Hallström, Estados Unidos, 2017)

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Un relato de aventuras –con algunos destellos de drama, y arropado con pinceladas humorísticas e ingenuas– que pretende ser una declaración sincera para todos los amantes de los perros, pero siempre engatusando emocionalmente a la audiencia con falsos momentos de ternura.

12. Como te ves me vi

(Dir. Germán Quintero, México, 2016)

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Los personajes son planos y uniformes; los diálogos demasiado artificiales y siempre pronunciados de manera poco espontánea; frases que provienen de refranes y que tienen la intención de ser sabios consejos de vida, pero se quedan muy pobres en sus ambiciones aleccionadoras; la música insistente, atosigante y manipuladora.

11. Robert, el muñeco siniestro 

(Robert, Dir. Andrew Jones, Reino Unido, 2015)

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Mientras Chucky aprovechaba su tiempo en pantalla arrojando a una niñera por la ventana, Annabelle convocó una enigmática actividad paranormal, y Robert chorrea pintura sobre las obras de arte de Jenny, ¿qué tipo de miedo pueden provocar esas bromas infantiles e involuntariamente cómicas?

10. Cincuenta sombras más oscuras 

(Fifty Shades Darker, Dir. James Foley, Estados Unidos, 2017)

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Carece de momentos emotivos, está plagado de giros inexplicables y resoluciones inverosímiles, y ni siquiera hay un punto cumbre de tensión que capture al espectador, sólo es un fastidioso puente que conecta con el capítulo final, Cincuenta sombras liberadas.

9. How To Be a Latin Lover

(Cómo ser un latin lover, Dir. Ken Marino, Estados Unidos, 2017)

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Películas así, por más records que rompan, a nivel de respeto, de dignidad y de apertura creativa, nos disminuyen más de lo que nos aportan.

8. Acapulco, la vida va

(Dir. Alfonso Serrano Maturino, México, 2016)

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Cada una de las situaciones es abordada desde la presunción, la ridiculez y el amaneramiento. Incluso, las interpretaciones de los tres veteranos actores se perciben falsas al exagerar en todo momento las gesticulaciones y los ademanes, quizá como estrategia para transmitir sus achaques, dolores y tristezas.

7. Chips: Patrulla motorizada

(CHIPS, Dir. Dax Shepard, Estados Unidos, 2017)

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Shepard no sólo se conformó con darle rienda suelta a los chistes machistas y misóginos, sino que no dudó en reforzar los estereotipos. El personaje de Michael Peña es el latino que siempre es pintado como macho, patán y vulgar, además de ser quien pasa por la burla y desprecio de sus compañeros estadounidenses.

6. El regreso del demonio

(Jeepers Creepers 3, Dir. Victor Salva, Estados Unidos, 2017)

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La mitología y la iconografía de la saga está presente, pero no hay mayores discusiones, signos de evolución o exploraciones al respecto; todo se detiene en una superficie pirotécnica y sangrienta.

5. Emoji: La película

(The Emoji Movie, Dir. Tony Leondis, Estados Unidos, 2017)

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Los personajes –al igual que los emoticones que la mayoría de la gente utiliza en sus conversaciones diarias– carecen de emociones sinceras, sólo son representaciones simplistas, corrientes y burdas de sensaciones humanas.

4. El tamaño sí importa

(Dir. Rafa Lara, México, 2017)

[Lee aquí nuestra minicrítica]

Además de ser entretenimiento insustancial, el filme pretende subirse a un pedestal moral para aleccionar al público sobre una supuesta dignificación de la mujer, pero recurriendo durante todo momento a representaciones salaces de los personajes femeninos.

3. 3 idiotas

(Dir. Carlos Bolado, México, 2017)

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El vergonzoso guion de Antonio Abascal pierde toda credibilidad cuando lanza dos o tres chistes clasistas y escatológicos de mal gusto y se empeña en mostrar una caricaturesca –a veces condescendiente–representación de cómo se comporta la gente humilde (la familia de Felipe) cuando uno de los suyos ingresa a una prestigiosa –y costosa– universidad como el Tecnológico de Monterrey.

2. Hazlo como hombre

(Dir. Nicolás López, Chile/México, 2017)

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El filme podría sólo aspirar a ser entretenimiento vacuo y pueril, pero en sus ambiciones de ser una oda a la tolerancia, el teatrito se les cae cuando Raúl y Santiago, en una de las secuencias finales, se burlan de la discapacidad física de uno de sus compañeros de equipo, evidenciando que ni siquiera los realizadores han comprendido que esas son las “sutilezas” con las que los medios audiovisuales han construido discursos discriminatorios. ¿Acaso la única manera de evidenciar la reconciliación entre los amigos era mostrando el placer que comparten al momento de burlarse de otro?

1. Casi una gran estafa

(Dir. Guillermo Barba, México, 2017)

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La cadena de acontecimientos no es intrincada, compleja ni desafiante; es sólo la acumulación desorganizada de anécdotas en torno a descifrar quién le robó a quién. Es muy fácil portar con orgullo el estandarte de la farsa para justificar el tono burlón y exagerado de las situaciones, las actuaciones acartonadas, los diálogos artificiales, presuntuosos y ridículos (que se nutren de las frases más cursis de Eugène Ionesco y Victor Hugo, o de refranes y dichos populares), el burdo y caricaturesco uso de la música y el grotesco diseño de producción con reminiscencias a lo kitsch, es decir, una estética pobre con muchas aspiraciones.

EF (@EnFilme)