How to Be Single (Christian Ditter, 2016)

El resurgimiento de cintas post-Sex and the City y programas de televisión basado en los hábitos de citas de solteronas fueron, en gran medida, envueltos de manera engañosa en comedias románticas basadas en la idea de que el matrimonio debe seguir siendo la ambición final de una mujer. Intentar encubrir una agenda conservadora repetitiva con cócteles y conversaciones sexuales francas era una solución temporal al progreso real. Pero incluso, como se señala en How to be single, la independencia de Carry Bradshaw y sus amigas tenían un aire falso ya que pasaban la mayor parte del tiempo hablando de hombres. How to be single muestra un desempeño increíblemente matizado de parte de Dakota Johnson  quien ofrece una visión brillante y sorprendentemente nítida de las relaciones. Una comedia cálida y divertida con una interpretación cómica y justa de Rebel Wilson creando un necesario y desafiante fin de género que viene con una bocanada de aire fresco después de años de aburridas y uniformes cintas.

Kubo and the Two Strings (Travis Knight, 2016)

Un impresionante espectáculo de cine y original animación sobre un chico de nombre Kubo (Art Parkinson) que debe encontrar la armadura de su padre con la ayuda de un caballero silencioso hecho de papel de origami, un samurai -escarabajo con amnesia (Matthew McConaughey) y un mono irritable (Charlize Theron)

Kubo and the Two Strings llena sus 102 minutos con acción y humor, pero es la tristeza la que hace memorable la cinta más allá de la adrenalina pura de sus visiones extravagantes. Siendo la cinta en stop motion más larga, sobrepasando a Coraline (1hr, 40min) por un minuto. 

Swiss Army Man (Dan Kwan, Daniel Scheinert, 2016)

Ver una película que la mayoría de la gente se refirió como "farting corpse film" en el día final de un festival después de mirar más de 30 cintas no era un manera atractiva de generar expectativa en el filme. Paul Dano se muestra desesperado, solitario y brillantemente forjado, totalmente diferente al tipo de personajes que suele obtener. Mientras que Radcliffe hace tan bien como cualquier persona podría esperar de un actor como él.   

Hunt for the Wilderpeople (Taika Waititi, 2016)

Taika Waititi no es exactamente el secreto más grande en el mundo del 7mo arte: fue seleccionado para dirigir Thor: Ragnarok hace algún tiempo, después de haber impresionado a todos con la comedia de vampiros What We Do in the Shadows (la cual es una extensión de su trabajo en Flight of the Conchords)

Sin embargo, antes de embarcarse en Thor, Waititi consiguió sacar este largometraje basado en Wild Pork and Watercress de Barry Crump, una larga leyenda en la nativa Nueva Zelanda de Waititi. Y lo que produjo es una cinta increíblemente encantadora, una comedia de peces fuera del agua que logra ser un cuento de tipo familia sobre un adolescente miserable y un tributo astuto al exterior rugoso de Nueva Zelanda.

The Valley of Love (Guillaume Nicloux, 2015)

Una verdadera reina cisne este año. Una mujer cuya seguridad y frialdad se han inclinado ante ella. Toda Elle es basicamente un homenaje a Isabelle Huppert. Cada momento es icónico; toda la construcción es confiada a la epopeya de su protagonista.

Es fácil amar a Elle; También es fácil admirar el otro éxito de Huppert este año: Things to Come, de Mia Hansen-Løve, en la que protagoniza a una profesora de filosofía abandonada duramente por su marido. Aquí vemos grietas en la compostura de Huppert; La escena en la que llora en el autobús es extraordinaria, idéntica a aquella en la que le pide a un gato que vuelva. ¡Qué gama! ¡Qué exquisitas agonías!

Green Room (Jeremy Saulnier, 2015)

La película de terror de Jeremy Saulnier llegó y se fue en el espacio de unas semanas en  mayo, tomando sólo  £ 160,000 en el Reino Unido y $ 3,2 millones en los EE.UU. Un mes después de su lanzamiento, se convirtió en una nota de pie de página de una triste historia cuando su estrella, Anton Yelchin murió en un accidente de coche. Yelchin, más conocido por su papel como Pavel Chekov en el reboot de Star Trek, interpreta a Pat, el bajista de la banda punk Ain't Rights, una agrupación sin mucha suerte a la que le sale un trabajo en medio de la nada. El club donde dan el concierto los llevan hacia unos siniestros skinheads y neonazis. Tras el concierto, quedarán atrapados y se verán envueltos en una complicada lucha por la supervivencia contra este peligroso grupo de skinheads y sus perros asesinos. Y es que, de forma casual, los músicos se convierten en testigos de un hecho inesperado, y es entonces cuando la cosa se pone realmente fea. 

Gods of Egypt (Alex Proyas, 2016) 

La película más injustamente olvidada de 2016 fue 'Dioses de Egipto' de Alex Proyas, un australiano con raíces egipcias que fue prácticamente condenado por escoger un cast blanco, cosa que es difícil argumentar contra eso, pero si tomas la cinta por lo que es, una versión modernizada con músculos de siglo XXI, tiene un poco más de sentido.

El filme es imposible de predecir, el zoom de la antigüedad en el espacio exterior a la vida después de la muerte y viceversa. Nuestros héroes inmortales sangran oro, se transforman en enormes bestias aladas y hacen que los seres humanos de tamaño regular masajeen sus enormes ligamentos doloridos en gigantes piscinas interiores. Además de dos veintiañeros (Brenton Thwaites y Courtney Eaton) que bailan con muy poca ropa, el clima caluroso de Egipto lo amerita, después de todo.

JSÑ(@Panquem)

Fuente: The Guardian