Abstenernos de hacer listados de fin de año nos haría parecer un medio extraño, anormal, quizá hasta retorcido y líbrenos Dios de ello. Por consiguiente, pero también porque queremos honestamente compartirles las películas que, en nuestra no tan humilde opinión, merecen rescatarse del olvido fílmico sobre un elevadísimo número de cintas que se han ganado a pecho la indiferencia o hasta el desprecio, pero también sobre otras muchas que, si bien presentan méritos para ser recordadas, tampoco ostentan los blasones necesarios como para subir al podio de las inmortales, es que hacemos este aparentemente ineludible ejercicio. Seguro habremos cometido alguna omisión imperdonable, una que otra de la cual se nos pueda absolver, pero no del todo sencillo resulta esto de armar compilaciones pese a los desfases que padecemos, en el caso de las películas independientes, en cuanto a la fecha en que una película estrena a nivel mundial y el tiempo que tarda en llegar a nuestro país. Habiendo dicho lo anterior, esta es a la conclusión que EnFilme ha llegado para la selección fílmica de cintas que se estrenaron en México y que representará este 2010 para la eternidad:
10. Luna: 1905 días
(Moon, Duncan Jones, 2009)
Aunque Moon pareciera estar basada en la misma premisa que muchas otras películas de ciencia ficción –la humanidad en el futuro y sus consecuencias por la explotación del planeta– hace un inteligente comentario sobre nuestras vidas a través del encuentro del protagonista consigo mismo. Así, su director, Duncan Jones, nos envía una advertencia desde la Luna: hay que hacernos responsables de nosotros mismos. Sobresale también por dos cosas, es una bofetada de frescura para el género y por el desdoblamiento actoral de Sam Rockwell. AQV.
9. La isla siniestra
(Shutter Island, Martin Scorsese, 2010)
Este thriller psicológico de corazón film noir declarado, basado en la novela de Dennis Lehane (también autor de Gone Baby Gone, 1998 y Mystic River, 2001), muestra la fluidez fílmica con la que Scorsese controla a paso constante la tensión dramática, conectando al espectador con situaciones que bordean con lo ominoso en la extrañeza de una lógica que nada tiene que ver con la cordura. El carisma macerado del magnífico Ben Kingsley, en un despliegue de fuerza actoral con Leonardo Di Caprio y Marc Ruffalo, forman la triada de seducción perfecta para la total inmersión en una trama intrigante en donde no sabemos qué nos espera en el siguiente tramo de película. DTB.
8. El origen
(Inception, Christopher Nolan, 2010)
Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es el mejor en su oficio de extractor, robando secretos en los sueños, talento que le ha costado perder todo lo que quiere en la vida. Después de un intento fallido, le ofrecen la oportunidad de recuperar todo lo perdido si logra la tarea casi imposible de originar una idea en la mente de alguien más. Una película técnicamente impecable que nos lleva de la mano por una aventura, una historia de amor y en un viaje hacia la interioridad de alguien más, sin perder nunca la complejidad de una premisa que propone la fragilidad de la memoria y la ambigüedad de los límites de lo real. COZ.
Ver reseña.
7. Toy Story 3
(Toy Story 3, Lee Unkrich, 2010)
Toy Story 3 no sólo es una de las mejores películas de animación de 2010, sino que cuenta con los elementos necesarios (técnicos, estilísticos, emotivos y dramáticos) de una película bien construida y memorable. Ha pasado una década desde la última entrega de esta saga y Pixar demuestra, una vez más, su capacidad para reinventarse, renovando el sentido de situaciones y personajes que podrían parecer desgastados, pero que pensados bajo otra óptica logran un resultado asombroso. No hay villano comparable a un osito con olor a frutas que tiene como compinche a un bebé mal encarado con quien regentea a una mafia de juguetes, personaje más entrañable que un payaso ajado por la vida, ni pesadilla más horrible para un juguete que un jardín de niños. DTB
6. Somos lo que hay
(Somos lo que hay, Jorge Michel Grau, 2010)
En México no encontraba distribución. En Europa se encontró con una crítica más que buena. Entonces sí encontró distribución en México. No es verdad que el debut del egresado del CCC, Jorge Michel Grau, haga por los caníbales lo que Let Me In (2000) hizo por los vampiros. Este es un filme con mucho más asidero político y social. Hace, en cambio, por la actual Ciudad de México lo que pocas: evadir el cliché, mostrar una realidad. Y por la situación de violencia e impunidad, lo que sólo las películas con sesos: mostrar la situación de un país a través de las particularidades de sus personajes y de los detalles que los rodean. SOR.
5. El secreto de sus ojos
(El secreto de sus ojos, Juan José Campanella, 2009)
Benjamín Esposito (Ricardo Darín) acaba de jubilarse de su trabajo en la Corte de Justicia en Buenos Aires con el único de deseo de escribir una novela que lo ayude a tranquilizar sus fantasmas del pasado y así poder finalmente mirar hacia el futuro. Como el recuento que hacemos al llegar al final de las cosas, el director, Juan Pablo Campanella, construye a través de fragmentos una historia escencialmente romántica, abarcando todas las dimensiones del exterior, el misterio de un asesino suelto y la dictura militar en Argentina.
4. El divo
(Il divo, Paolo Sorrentino, 2008)
No sería polémico decir que Paolo Sorrentino se ha colocado ya hombro a hombro con Nanni Moretti, como reivindicador supremo de la grandeza del cine italiano. Apenas su segunda película, Le conseguenze dell’amore (2004), fue nominada a la Palma de Oro en Cannes, lo mismo que su tercera, L’amico di famiglia (2006) y que su cuarta, Il divo, con la que ganó el prestigiado Premio del Jurado. Su arrebatado estilo visual impulsado por una cámara tempestuosa no riñe con el criterio que revela cuando la trama le exige sensatez y agudeza para explorar a sus personajes. En Il divo, nada menos que a Giulio Andreotti, él sí un político italiano tan polémico en su vida y ejercicio público que sólo palidece, e incluso se engrandece, junto a la grotesca figura de Berlusconi. Il divo es un esmerado y portentoso estudio político y personal que rebasa la geografía en que se sitúa. AFDM.
3. Hambre
(Hunger, Steve McQueen, 2008)
Imprevisible, y probablemente poco alentador, parecería en el papel el resultado de combinar mierda (literal), Caravaggio, sábanas blancas, violencia desmesurada, destellos poéticos, el conflicto norirlandés, la sensibilidad artística y el nombre de Steve McQueen. Pero todo empieza a tomar cauce si el nombre no obedece al actor western sino al reconocido artista visual británico, quien con una soltura inusual para un debutante amalgamó las heterogéneas piezas a su disposición de manera hermosa y conmovedora. Pese a los dos años que tardó Hunger en llegar a México, valió la pena la espera. Muchísimo. AFDM.
2. Un profeta
(Un prophète, Jacques Audiard, 2009)
Comparado con Du rififi chez les homes (1955) de Jules Dassin y El padrino (1972) de Francis Ford Coppola, este thriller carcelario tiene como centro de su universo a un personaje memorable, interpretado con la medida justa de violencia e inocencia por el actor de orígenes argelinos, Tahar Rahim: un adolescente francés de ascendencia árabe, de nombre Malik, tímido e iletrado, que con un poco de coraje y otro poco de resentimiento, estudia y lucha (literalmente) para superar a sus maestros, capos de la mafia corsa. En este cosmos donde todas las partes embonan como bala al cañón (hay que prestar especial atención al diseño de sonido), el director galo, Jacques Audiard, hace que el protagonista, la acción y la complejidad temática escalen en cada secuencia, sin concesiones. SOR.
1.El listón blanco
(Das weisse Band – Eine deutsche Kidergeschichte, Michael Haneke, 2009)
Se presentó en el Festival de Cannes del 2009 y ganó la prestigiada Palma de Oro a la Mejor Película en competencia. Ese mismo año fue estrenada en varios países, principalmente europeos, pero a México apenas llegó a la cartelera la semana pasada y sólo con un puñado de copias. Empero, su perfección formal (la pulcritud del blanco y negro, las impecables interpretaciones, lo cuidadoso de la cámara, la rigurosa dirección y hasta los destellos de opresivo humor) y la sapiencia con que Michael Haneke cincela su devastador ataque a las hipocresías de la sociedad y sus consecuencias encontraron en El listón blanco un grado de maestría difícilmente perfectible. Un clásico instantáneo del cine que debe verse en 35mm. Todavía llegan. AFDM.