LISTA: Actores que terminaron odiando a sus directores
¿Será que del cine al amor sólo hay un paso? Numerosas parejas de cine que se conocieron en el set de filmación (o en sus alrededores) terminaron por consolidar una relación sentimental que ha dejado su huella plasmada en la pantalla grande. Abajo te presentamos una lista de 11 casos paradigmáticos:
Liv Ullman e Ingmar Bergman
Una de las parejas más celebradas de los años setenta y más prolíficas creativamente hablando es la de Liv e Ingmar. Según Bergman, la creación de Persona, una de sus obras mayúsculas, se remonta al día en que accidentalmente se encontró a la actriz Bibi Andersson en Estocolmo y le presentó a Liv. El parecido entre ambas lo inspiró a escribir el guión en tan solo nueve días mientras convalecía por neumonía en el hospital. El set de filmación consolidó el amor entre la pareja. Bergman le llevaba 20 años a la joven actriz. Durante cinco años se mantuvieron juntos. Rodaron películas como En Passion (1969), Skammen (1968) y Vargtimmen (1967). El final de su relación amorosa no significó que ya no trabajaran más juntos; la actriz se mantuvo protagonizando la mayoría de las películas de Bergman hasta Höstsonaten (1978). En el año 2000, cuando Bergman ya no filmaba, ella dirigió Faithless, el guión autobiográfico de Ingmar. Desde que se conocieron, el uno fue para el otro fuente perpetua de inspiración.
Juliette Binoche y Leos Carax
Mauvais sang (1986) fue el segundo largometraje dirigido por un joven Leos Carax, donde convertiría a su protagonista en su estímulo e inspiración. Juliette Binoche, además de ser su musa, fue su compañera sentimental. Cinco años después, Binoche también protagonizó el filme de su amado, Les amants du Pont-Neuf (1991), cuyo rodaje, que duró más de tres años, fue desastroso. Hubo accidentes, recortes de presupuestos, nuevas inversiones, los productores renunciaron pero los protagonistas, Juliette y el alter ego de Carax, Denis Lavant, soportaron las inclemencias, aunque no gratuitamente. La película fue un fracaso en taquilla. No solo acabó con la relación entre director y actriz; a ella la hizo dudar durante un tiempo de su verdadera vocación; a él le costó ocho años volver a filmar un largometraje.
Giulietta Masina y Federico Fellini
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"La verdad es que yo nací el día que conocí a Giulietta" -Fellini
Otra de las parejas que destaca por la importancia de sus vínculos creativos y su gran trayectoria juntos es la de Federico Fellini y Giulietta Masina. Se conocieron cuando ella, como actriz de teatro, leyó uno de los guiones de él para el radio y él, prendado, la invitó a salir. Se casaron un año después, en 1943. Su relación fue fructífera en todos sentidos. Ambos sobresalieron en sus campos, trabajando juntos y separados, pero siempre como pareja. Ella era su protectora y su musa. Le notti di Cabiria (1957) es quizá el trabajo más entrañable que hicieron juntos. Ella interpreta a una prostituta desolada que no pierde la esperanza. El rostro de Giulietta expresa incesantemente emociones encontradas. Su interpretación le valió el premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cannes en 1957. Y ganaron un Oscar a la Mejor Película Extranjera en 1958. En 1993, cuando Fellini recibió su quinto Oscar, el único honorario, agradeció solo a una persona en específico: “Por favor no llores, Giulietta”, le dijo a su amada que lo miraba, conmovida, en el público. Estuvieron casados hasta la muerte de Fellini, un día después de cumplir 50 años de casados. Ella murió solo cinco meses después.
Stanley Kubrick y Christiane Harlan
El obsesivo y perfeccionista director, Stanley Kubrick, eligió como única mujer en el cast de Paths of Glory (1957) a la pequeña alemana Christiane Harlan. La había visto en una serie de televisión. Kubrick filmaba cronológicamente así es que cuando le llegó el momento a ella, en la única secuencia del filme en la que aparece, justo al final, en la que tierna y nerviosa canta frente a los vulgares soldados del ejército francés que terminan uniéndose a coro, la pareja ya estaba bastante enamorada. Kubrick y Christiane se casaron poco tiempo después de finalizada la película. Los dos fueron grandes compañeros. En el trabajo siempre se admiraron y apoyaron. La actriz y cantante trasladó su vocación a la pintura; algunas de sus obras aparecen en películas de Kubrick como A Clockwork Orange (1971) y Eyes Wide Shut (1999). Los 46 años del sólido matrimonio terminaron cuando Stanley falleció en 1999. Desde entonces ella se ha dedicado a cuidar y difundir su legado.
Jean-Luc Godard y Anna Karina
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Allá por la década de 1960, Jean-Luc Godard buscaba una actriz para Breathless (1960). En una París que constituía una delgada línea entre el cine y la realidad, el hombre de las gafas oscuras vio a la modelo Anna Karina en un comercial de jabón. Ella rechazó la propuesta del cineasta francés como una de las amantes del protagonista cuando supo que el papel requería de un desnudo. Fue en su siguiente filme, Le petit soldat (1963), que Godard sedujo a Karina para protagonizar su primer largometraje juntos. Se enamoraron durante el rodaje. Karina dejó a su novio que siempre la acompañaba al set. Pero el clic entre Karina y Godard fue tan fuerte que al terminar la filmación ya no pudieron separarse. La historia de su amor fue agridulce, intensa, pasional, llena de celos. Y a menudo los proyectos en los que trabajaron sirvieron para hacer catarsis de lo que había entre ellos. A veces las películas los unían. Fue Godard quien la convirtió en un icono internacional. Otras veces, el rodaje se convertía en campo de batalla. Quizá la mejor colaboración entre ambos sea Pierrot le fou; filmada cuando ya estaban separados, Godard estaba furioso con ella por haberlo dejado para irse con un actor y, en el rodaje, según el coprotagonista Belmondo, eran como “una cobra y una mangosta”. En 1966, realizaron su último largometraje juntos, Made in U.S.A., en el que Godard se encargó de maltratar a su exesposa. Después de la separación, Karina dijo: “Él fue y seguirá siendo el más grande amor de mi vida”.
Ingrid Bergman y Roberto Rossellini
Siempre nos quedará Ingrid Bergman
“Señor Rossellini: he visto sus dos filmes y me han gustado mucho. Si necesita una actriz sueca que hable inglés perfectamente, que no ha olvidado el alemán, a quien apenas se entiende en francés y que del italiano sólo sabe decir ti amo, estoy dispuesta a acudir para hacer una película con usted”. Es así como Ingrid Bergman plasmó su destino en esta carta enviada en 1949 a Roberto Rossellini. Sería en Stromboli, Terra di Dio (1950) donde trabajarían juntos por primera vez. Su relación estuvo marcada por el escándalo. Primero, no a mucha gente agradó que Bergman, una actriz profesional, estrella estadounidense, apareciera en una película de Roberto quien, viniendo de la escuela del neorrealismo italiano, acostumbraba a trabajar con no actores. Después, actriz y director se enamoraron en el set cuando ambos estaban casados con otras personas. Tuvieron un romance que llevó a un embarazo extramarital. El divorcio y el casamiento entre ellos fue muy rápido. Bergman tuvo que huir de Estados Unidos por los ataques de la prensa. Llegarían a realizar varias películas juntos como Europa ’51 (1952) y Viaggio in Italia (1954). Y juntos, antes de divorciarse, tuvieron tres hijos, entre ellos, la también actriz Isabella Rossellini.
Isabella Rossellini y David Lynch
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Un tiempo después de terminada su relación, Isabella Rossellini reconoció: “David fue el gran amor de mi vida. Y yo creía que él me amaba de la misma manera, pero obviamente estaba equivocada. Todos mis instintos me decían que éramos una pareja feliz, pero no lo éramos.” Se conocieron cuando Lynch se encontraba realizando el casting para Blue Velvet (1986). Él se le acercó diciéndole: “Oye, sabes, podrías ser hija de Ingrid Bergman”. Y alguien le informó “Idiota, ella ES hija de Ingrid Bergman”. Ella, modelo, había estado casada con Martin Scorsese y Jon Wiedemann. Sentía una inclinación por los directores de cine imponentes, como su padre. David e Isabella se enamoraron durante la filmación de Blue Velvet (1986), sobre una mujer emocionalmente dañada que es perseguida por un amante sádico. La perversión marcó su inicio. Y el carácter obsesivo de Lynch, su relación. Durante siete años se tomó una malteada de chocolate a la misma hora y en el mismo lugar. Pasó meses sin abrocharse una agujeta de sus zapatos porque algo bueno le había sucedido cuando estaba así, sin abrochar. No permitía que se cocinara en su casa porque los olores permeaban su trabajo. Pero no fue Rossellini quien lo dejó a él. La separación ocurrió poco después de que Wild at Heart, en el que Isabella interpretaba a Perdita Durango, ganara la Palma de Oro en Cannes en 1990.
Angelina Jolie y Brad Pitt
Una de las parejas más mediáticas dentro del mundo cinematográfico de la última década es la de Angelina Jolie y Brad Pitt. Son pocos los que ignoran que se conocieron durante la filmación de Mr. & Mrs. Smith (2005), ambos interpretando a dos asesinos a sueldo casados que desconocían la verdadera profesión del otro. Brad Pitt ya había sembrado una importante carrera como actor hasta ese entonces, protagonizando cintas como Se7en (1995) y Fight Club (1999) y estaba casado con Jennifer Aniston. El escándalo no se hizo esperar. Aún así, los guapos actores unieron sus vidas y formaron una extensa familia de hijos propios y adoptivos antes de finalmente casarse en 2014. Sus carreras han continuado creciendo no solo como actores, también como productores, y ella, como altruista y directora. En la reciente By the Sea se dirige a ella misma y a su esposo, que interpretan juntos a una pareja en crisis.
Lauren Bacall y Humprey Bogart
Howard Hawks uniría a la joven Lauren Bacall con el experimentado Humprey Bogart en To Have and Have Not (1944), dándoles los dos roles protagónicos. Él, de 44 años, que era toda una estrella, atravesaba por un conflictivo matrimonio en ocaso. Ella, de 19, era la primera vez que actuaba en una película. El romance surgió poco a poco en el set, hasta que se hizo evidente para todos que estaban locos el uno por el otro. Aún así, la unión tuvo que pausarse por un tiempo. La esposa de Bogart, la actriz Mayo Methot, se había enterado del romance y había jurado tratar su alcoholismo para salvar su matrimonio. Fue así que Humprey se alejó de Lauren, para volver a cortejarla meses después, cuando su vieja relación había muerto definitivamente. Se casaron en 1945 y vivieron un matrimonio feliz, tocado por el éxito, la fama, la riqueza, la amistad, las fiestas, los viajes. Tuvieron dos hijos. Cuando estaban a punto de comenzar a filmar otra más (de varias) película juntos, le fue descubierto un cáncer a Bogart que lo mantuvo convaleciente durante varios meses hasta su muerte en 1957.
Woody Allen y Mia Farrow
Hoy día, es imposible separar estos nombres del escándalo, pero hubo un tiempo en que Allen y Farrow encarnaban lo neoyorquino por antonomasia. Ella del Oeste, él del Este; ella una hippie que adoptaba hijos de todos los rincones desafortunados de la tierra; él, el director de cine exitoso; ella, una con la naturaleza, él, dos; parecían opuestos pero, al unirse, dieron una fructífera relación en pantalla. Michael Caine los presentó en 1979 cuando se toparon en un restaurante. Él tenía 43; ella, 34. Woody comenzó a invitar a Mia a través de su secretaria. Cuando su relación maduró, aunque tuvieron un hijo biológico y dos adoptivos, jamás se casaron ni vivieron juntos. Vivían en lados opuestos de Central Park y se veían diario. Se convirtieron en un equipo casi inseparable, doméstico y profesional; filmaron 11 películas en 11 años, algunas de las mejores de Allen, como The Purple Rose of Cairo (1985) y Hannah and Her Sisters (1986). Lamentablemente, el resto de la historia pertenece a un género más cercano al de la tragedia griega, que estalló públicamente cuando Mia descubrió fotografías tomadas de su hija Soon-Yi Previn desnuda, por Allen. A pesar de la rabia y el enojo, ella terminó de filmar la película que estaban haciendo juntos, Husbands and Wives (1992), la historia de un matrimonio en separación. Poco a poco, el tiempo alinearía las piezas de esta historia con otra perspectiva.
Michelangelo Antonioni y Monica Vitti
Se conocieron en 1957, cuando Vitti prestó su voz para doblar un personaje en el filme Il Grido, de Antonioni. Ella era una actriz de 26 años, recién egresada de la escuela de teatro, algo subestimada por sus discretas curvas, sus pecas y su nariz. Antonioni, a sus 45, aún no había hecho un filme que lo pusiera en las grandes ligas. Cuando se vieron, el flechazo fue inmediato. Ella lo convenció de que hiciera teatro, montó dos obras con las que fracasó crítica y comercialmente. Pero fueron los pasos que lo llevaron a su primer filme juntos, L'Avventura, una carta de amor entre ellos, en la que Vitti es lucida por la cámara en plenitud. El reconocimiento fue rotundo desde su estreno en 1960 en el Festival de Cannes, donde ganó el Premio del Jurado. El éxito continuó durante los dos años siguientes, con los dos filmes siguientes: La Notte y L'Eclisse, que completaron "la trilogía de la incomunicación". Vitti encarnaba para Antonioni ese misterio al que apuntan sus películas. La cámara cambió la mirada que postraba en Vitti con Red Desert (1964), ahora más distante, y la relación terminó finalmente durante la filmación de Blow-Up (1966). Las películas por las que ambos serán recordados ya estaban hechas. Dejaron también, como testigo de su amor, una construcción en forma de platillo volador, una mansión que Antonioni le hizo a Vitti en Sardinia, con vista al Mediterráneo.
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Fuentes: TCM, ABC, Visiones, El Mundo, La Vanguardia, Fotogramas, La Vanguardia, The Guardian, The Telegraph, Best Movies by Farr, Vanity Fair, New York Post, Le Monde