El uso radical y desafiante del montaje en el cine de Peter Greenaway
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Quizá es Peter Greenaway (The Cook, the Thief, His Wife and Her Lover, 1989) el último gran autor de cine independiente que, experimentando constantemente con las posibilidades del medio como arte genuino, como posibilidad artística única debido, principalmente, a la virtud de tener un lenguaje propio, exclusivo del cine, que le permite apropiarse de elementos de otras artes diversas (literatura, música, arquitectura, artes plásticas) para, en conjunción armónica (o incluso caótica), mediante el ejercicio del montaje, darle un sentido idiosincrásicamente particular a sus obras.
El británico Peter Greenaway siempre ha sido controversial, en primer lugar porque a diferencia de sus directores paisanos contemporáneos, jamás se interesó por retratar las problemáticas sociales de la clase trabajadora (lo cual le acarreó constantes críticas y acusaciones de ser elitista), pero sobre todo por querer estirar los márgenes del quehacer cinematográfico convirtiéndolo en un medio, en un arte con características aún más expansivas, menos limitantes (por ejemplo, que una obra no se limitara a lo visto en pantalla, sino que fuera complementada con performances en galerías de arte, y libros, entre otras propuestas).
En fin, que en vista de lo anterior resulta más interesante revisar la selección de sus filmes favoritos de toda la historia, porque además los explica, aunque brevemente, y también añade una declaración un tanto pasivo-agresiva en la que deja entrever su alejamiento del cine al considerarlo un arte que se ha vuelto aburrido, enlamado, anquilosado. Hasta ahora no ha alcanzado el éxito buscado en su revolución cinematográfica. Quizá esté todavía por intentar una última cruzada. Aunque en realidad, para él, el cine ya está muerto.
Provocador, como le gusta ser, tal vez algunas de sus elecciones también reflejen ese ánimo, y no sólo el espíritu de los filmes que empujaron las fronteras del arte de hacer cine. Leamos cómo sustenta sus filmes predilectos.
Last Year at Marienbad (1961)
Dir. Alain Resnais
El más “abstracto” de los filmes que conozco -contemplando la memoria que es todo lo que tenemos para conducirnos.
8 ½ (1963)
Dir. Federico Fellini
Fácilmente el mejor filme acerca de los gozos y desesperaciones al hacer cine.
Citizen Kane (1941)
Dir. Orson Welles
Solía ser el mejor filme de la historia -extraordinario por su infatigable y persistente inventiva cinematográfica- aún se sostiene.
The Seventh Seal (1957)
Dire. Ingmar Bergman
El filme idea para que cualquier persona joven en búsqueda de encontrarse a sí misma adquiera sabiduría -historia, mito, superstición, y la lotería y apuesta de poder aniquilar la Muerte que nunca nos dejará en paz.
Aquí puedes ver el filme completo...
Ivan the Terrible (1945)
Dir. Sergei M. Eisenstein
Grandiosa, jubilosa, heroica forma de hacer cine.
Aquí puedes ver el filme completo (en dos partes)...
Throne of Blood (1957)
Dir. Akira Kurosawa
Exótico más allá de cualquier contraste.
À bout de soufflé (1960)
Dir. Jean-Luc Godard
Extraordinaria bocanada de aire fresco que puso en marcha - decenas de miles - miles de miles - de imaginaciones fílmicas - súbitamente haciendo el cine accesible para cualquiera con una mente para hacerlo - ciertamente la mía.
Blade Runner (1982)
Dir. Ridley Scott
Legitimó el cine de ciencia ficción.
Gladiator (1982)
Dir. Ridley Scott
Un filme estereotípico de taquilla para el público de Hollywood que probablemente satisfizo más expectativas cinematográficas que muchos otros -una exitosa y muy satisfactoria película de venganza que, de hecho, parece moralmente válida - pese a ser enteramente ficticia pero, ¿y eso qué importa?
Jules et Jim (1962)
Dir. François Truffaut
Muy divertida, con gozo y aflicción y grandes, insufribles añoranzas, hermosamente autorreflexiva e importante para mí -el cine es solo cine después de todo.
Observaciones adicionales
Estos son mis “mejores” diez filmes - una ambición discutible y muy subjetiva como admiten sin reparos - indudablemente para mí sobre todo relevante durante los años en que asistía al cine, cuando los filmes eran verdaderamente significativos para mis planes, cuando esos filmes marcaban el ritmo de mis intereses, me decían que el cine era una forma artística válida, que yo debía tener un agudo interés en él, y legalizara cualquier pretensión de intentar y formular una contribución -así que es fundamentalmente la Nouvelle Vague y el cine italiano de los setenta y ochenta. Esos son los filmes que para mí establecieron los parámetros y crearon la vara con la cual medir.
Todos estos filmes tienen sus inconvenientes pero no los pormenorizaré aquí. De cualquier forma estos me colocaron en disposición de explorar. Y dado que ustedes están deseosos de establecer el mejor filme de la historia - entonces es LAST YEAR AT MARIENBAD - un filme que en ningún momento decepciona.
Y este tipo de disparata creación de listas me hacen pensar acerca de la mejor literatura de la historia, y las mejores pinturas de la historia me ponen a reflexionar si el mismo tipo de características para calificarlas aún aplican. Y me parece que sí.
Trad. EF
Fuente: BFI