Alien ha evolucionado más de lo que nadie podría haber imaginado cuando Ridley Scott introdujo por primera vez el xenomorfo en 1979, desde secuelas y cómics hasta videojuegos y obras de teatro en la escuela secundaria. Su más reciente mutación se produce como parte del 40 aniversario del clásico de ciencia ficción, que 20th Century Fox -ahora perteneciente a Disney- celebra con el lanzamiento de seis cortometrajes: Containment, Specimen, Night Shift, Ore, Harvest y Alone.
Estas obras varían en calidad y alcance, como lo hacen todos estos proyectos, pero tienen en común una reverencia a su material de origen que ayuda y obstaculiza su esfuerzo colectivo para expandir el mito Alien. Sin saber qué restricciones, si las hubo, impusieron los cineastas a Fox (quien seleccionó estas seis historias de más de 550 lanzamientos), es difícil no sentirse decepcionado de que más de ellos no intenten forjar un nuevo territorio.
Una excepción notable es Alone, del guionista y director Noah Miller, que sigue a una mujer llamada Hope, que se encuentra en soledad en una misión espacial. Finalmente, obtiene acceso a una parte restringida de su nave después de un mal funcionamiento del sistema, y probablemente pueda adivinar qué hay al otro lado de esa puerta sellada. La no reacción de Hope al primer contacto con el facehugger es extraña hasta que nos damos cuenta, en la siguiente escena, que ella es un androide y, por lo tanto, no es un huésped viable. Lo que se desarrolla es, si no es una amistad, algo que nunca antes habíamos visto en Alien: la coexistencia pacífica entre un xenomorfo y literalmente cualquier otra especie.
Menos memorables son Containment y Harvest, que parecen escenas individuales de películas que ya hemos visto, pero sin contexto. El primero replica la misma secuencia de chestburster que hemos presenciado una y otra vez a lo largo de la franquicia sin agregar nada al mito, mientras que el último salta directamente al clímax de la cápsula de escape.
En conjunto, incluso los esfuerzos menores enfatizan lo que hace de Alien una franquicia tan duradera: sus entornos industriales, de clase trabajadora, llenos de computadoras de pantalla verde y de trabajadores descontentos; su sombría visión de los burócratas corporativos que habilitan la carnicería de los xenomorfos al tratar de controlarlos y descartar a sus subordinados como daños colaterales; Y, por supuesto, sus heroínas.
Trad. EnFilme
Fuente: IndieWire