"Los realizadores de documentales han perdido de vista por qué a la gente le gusta ir al cine", aseguró Michael Moore, durante el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF).

El cineasta, ganador del Oscar por Bowling for Columbine (2002), asistió a la ciudad canadiense para celebrar el 25 aniversario de Roger & Me (1989), su película sobre el cierre de las plantas de General Motors en su ciudad natal de Flint, en Michigan. Moore aprovechó su plática de presentación del filme para criticar la naturaleza poco alegre de muchos documentales modernos, y dijo que muchos cineastas, especialmente de la izquierda, han perdido su sentido del humor:

La gente no quiere medicina; ellos quieren palomitas. El entretenimiento parece ser una enorme palabra sucia en el terreno del documental. “¡Oh no, logré entretener a alguien, he abaratado mi película” […] Si quieren hacer y dar discursos, entonces únanse a un partido político. Si lo que quieren es dar sermones, conviértanse en sacerdotes. ¿Quieres dar una conferencia?, sé un maestro. 

Fahrenheit 9/11 (2004), filme con el que Moore obtuvo la Palma de Oro en Cannes hace diez años, es el documental más taquillero de todos los tiempos, logrando los 120 millones en Estados Unidos. En la película se evidencia el sello distintivo de Moore: análisis de los hechos, la confrontación con la cámara y un toque de humor para entregar como producto final un ataque punzante hacia la administración de George W. Bush y la invasión a Irak en 2003.

El director sugirió que los documentales deben ser juzgados como un producto de entretenimiento como cualquier otro, como algo para entretener en una noche de fiesta.

La gente quiere ir a casa y tener relaciones sexuales después de la película. No los hagas sentir ‘Urggggghhhh’. No hagas eso a las personas que sexualmente son activas. Si no puedes aceptar que debes entretener a los demás con tu verdad, entonces debes salir del negocio. América necesita más profesores ... y tenemos que pagarles los salarios de Hollywood.

La participación de Moore, que superó por casi el doble de su tiempo asignado (“Les dije que no me tardaría más del 50% como Fidel lo haría normalmente”), fue bien recibida por un público que incluía un buen número de documentalistas. Concluyó señalando que esperaba un resurgimiento en el documental, y que éste no estaba lejos, pero que para alcanzarlo los directores deben dejar de buscar excusas de por qué sus películas no estaban recibiendo una mayor audiencia.

"Culpen a los estudios, culpen a los distribuidores, culpen a los que otorgan el financiamiento, pero tomémonos un momento para culparnos a nosotros mismos", Michael Moore.

LFG (@luisfer_crimi)

Fuente: The Guardian