Lee aquí nuestra Reseña de Nuevo orden de Michel Franco
Dentro de los 6 terabytes de información que le fue hackeada a la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) del Gobierno de México por los hoy famosos Guacamaya Leaks, hay datos que van desde la precaria salud del presidente López que se habían mantenido ocultos, pasando por delicadas cuestiones como los vínculos del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López con el crimen organizado, o el saber que el Ejército conoce de todos los movimientos del Cártel de Los Viagras en Michoacán, como el quiénes son, dónde viven, en qué lugar compran sus armas, a quién tienen en su lista para asesinar, dónde viven esas personas, cuándo las matarán y todo para, inexplicablemente (bueno, inexplicablemente si no hubiera ausencia total de estrategia frente al crimen organizado más allá de los fatídicos “abrazos, no balazos”), pero también, hoy ya sabemos, el Ejército Mexicano tiene otros temas de interés en los que pone toda su atención.
El Ejército está preocupado por el deterioro de su imagen que se ha visto afectada por casos como la detención del exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos; el culiacanazo, los contratos otorgados a empresas fantasma, la militarización del país, el caso Ayotzinapa, el avión presidencial y hasta las series televisivas sobre narcotraficantes.
El diario mexicano El Sol de México ha dado a conocer una nota sobre un informe gráfico de la "Sección de Análisis de la Sedena", que es parte de los documentos revelados por Guacamaya, donde quedan revelados los temas que han impactado en la imagen de la Secretaría de la Defensa Nacional. Son cuatro: militarización, narcotráfico, transparencia y derechos humanos, los cuales divide en subrubros atribuidos a casos específicos.
“En el tema del narcotráfico, la Sedena incluye un apartado denominado Entretenimiento”, que destaca, por ejemplo, cómo para esta institución del Estado mexicano las series de televisión dedicadas a los capos de la droga, ponen a la gente en contra del Ejército, deteriorando tremendamente su imagen en la población.
“Se ha creado una fuerte influencia al narcotráfico (sic) en la sociedad que es impulsada a través de la música y el cine que instigan a la sociedad a ir en contra de las instituciones y a la legalidad”, dice el documento. Dentro de las series y películas que considera el Ejército que perjudican su imágen están: El señor de los cielos, La reina del sur, Señora Acero, Rosario Tijeras, Dueños del paraíso, El Chema, El Chapo.
Mención especial recibe Nuevo orden, el filme dirigido por el mexicano Michel Franco, ganador del León de Plata (Gran Premio del Jurado) en el Festival de Venecia del 2020, y aclamado por la crítica europea (sobre todo la de izquierda) para el que se recomendó “evitar fijar una postura mediática al respecto a fin de evitar posicionarla”. La película estrenó en México, hace dos años, en plena pandemia cuando la gente no asistía a los cines, y la llegada a los cines se vio envuelta en la polémica creada en buena medida debido a que mucha gente se aventuró a externar sus opiniones sobre la película habiendo solo visto el tráiler, que parecía más bien diseñado como una provocación, en la que torpemente cayeron tantos.
Otros muchos de manera miope (incluyendo algunos que se consideran críticos de cine), atrapados en el fuego de una polarización que se aceita todos los días desde la tribuna mañanera de Palacio Nacional, vieron el trabajo de Michel Franco como una simple lucha entre ricos y pobres, entre blancos y morenos, y no como lo que en buena medida es: el retrato de un país (México, o el que sea) urgido de justicia e igualdad, en el que de no ser encauzadas democráticamente las demandas necesarias y urgentes de la gente, la consecuencia puede ser un estallido social manifestado en caos y violencia desbordadas, que justifiquen la participación de un despliegue militar que sea capaz de restablecer el orden. Es ese escenario, todos pierden, los ricos, los pobres, los blancos, los morenos. Salvo una minúscula élite y, por supuesto, el Ejército, los grandes ganadores siempre que hay río revuelto.
Aquí pueden leer nuestra reseña de Nuevo orden.
Fuente: El Sol de México