Pedro Almodóvar lo entiende: Dolor y Gloria parece una canción de cisnes. La película encuentra al venerado cineasta español Salvador Mallo, un frágil Antonio Banderas, luchando contra la adicción a las drogas, los demonios internos y un cuerpo envejecido, mientras lucha con una crisis existencial. No es difícil concluir que el autor de 70 años está listo para tirar la toalla.

"Sospecho que podría haber algo en la película que parece que de alguna forma estoy diciendo adiós", dijo Almodóvar, sentado para una entrevista en Nueva York unos días antes del lanzamiento de la película. Lo soltó con una suave risa. “Eh, espero que no. No sabes lo que sucederá mañana, pero no, quiero seguir haciendo películas ".

De hecho, Almodóvar dijo que tenía planes ambiciosos para dirigir su primer largometraje en inglés, en un guion casi completo adaptado de cinco cuentos cortos de un escritor estadounidense a una historia que tiene lugar en Texas, Oakland y México. También está contemplando dos obras más cortas, una pieza de una hora y otra que calculó en 20 minutos, que esperaba completar antes de filmar la película el próximo año.

"Estas piezas más cortas en las que estoy trabajando rompen completa y temáticamente con la última película", dijo, “una de ellas como una "comedia surrealista", una comedia surrealista, ¡Llámalo absurdo!

"De alguna manera, siento que en este momento estoy comenzando un nuevo ciclo, tal vez incluso un ciclo más atrevido que en el pasado", dijo. "Veremos qué pasa."

Dolor y Gloria traza un camino hacia nuevos comienzos. Huelga decir que la película más satisfactoria de Almodóvar en años es la primera en dejar de lado los cambios melodramáticos elegantes en favor de un enfoque más íntimo que invite a los espectadores a su mundo. Él sabe que ha tardado mucho en llegar.

"En esta película en particular, me doy cuenta de que he podido llegar al espectador de una manera más directa que en mis películas anteriores", dijo. "La reacción podría ser que haré otra película que tenga el mismo sabor, pero mi reacción natural personal es hacer lo contrario".

Eso, al menos, tiene un anillo de familiaridad. ¡Desde que saltó a la fama a finales de los 80 y principios de los 90, pasando del malvado thriller cómico Matador a la emotiva nominada al Oscar Mujer al borde de un ataque de nervios, a la retorcida comedia romántica Tie Me Up! ¡Átame! , Almodóvar ha mantenido al público comprometido a través de la imprevisibilidad. Sus películas se mueven a través de tramas histriónicas, a menudo escandalosas, incluso mientras permanecen basadas en personajes vulnerables que luchan con desafíos íntimos. La marca Almodóvar es a la vez intangible y precisa: exuberante, sexy y llena de todo tipo de conflictos. Pain and Glory, explora el costo de una narración tan vívida en una sola mente cansada del mundo.

El trabajo de Almodóvar personificó las nuevas libertades de España a medida que la democracia se afianzó cuando la dictadura de Francisco Franco terminó en 1975. En cierto nivel, Almodóvar fue la respuesta de España a John Waters: un excéntrico narrador queer ansioso por interrogar tabúes con alegría bulliciosa. Sin embargo, el cineasta dijo que sentía que esta clasificación a menudo ha oscurecido las narraciones en capas y las imágenes ricas que han definido su filmación tanto como el rango de personajes amorosos en su centro.

"Desde el principio, mis películas han parecido muy escandalosas tanto en Estados Unidos como en Europa", dijo. “La gente realmente se centró en los diferentes tipos de sexualidad y géneros que representaba en mis películas, y eso tenía que ver con toda una gama de diferentes tipos de orientaciones sexuales que representaba tan fiel a la vida como podía. Se hizo tanto hincapié en que la gente no prestó atención a los elementos cinematográficos ".

Luego estaba la forma en que Almodóvar jugaba con las tradiciones existentes. Antes de que Tarantino mezclara películas occidentales y de kung-fu, Almodóvar tomó prestado generosamente de Douglas Sirk y Luis Buñuel. "Hay un eclecticismo único en mis historias, una hibridación que salta a través de los géneros, que parece algo extraño para la gente", dijo. "A los críticos les ha llevado algo de tiempo aceptar eso como una forma natural de vivir y contar mis historias".

Pero uno de los aspectos más notables del legado de Almodóvar implica el entusiasmo constante por su trabajo más allá del ámbito insular de festivales, críticas y los diversos premios que entregan. Según Box Office Mojo, las películas de Almodóvar han recaudado $ 369.7 millones en todo el mundo, y si bien la taquilla estadounidense es solo una pequeña parte de esa cifra, no comienza a capturar los DVD de su trabajo llenando los estantes de televidentes devotos de todo el mundo. Con el apoyo de su hermano productor, Agustín, Almodóvar disfruta de un perfil de estrella de rock en España, pero regularmente abarrotará en teatros de todo el mundo cada vez que haga una aparición. En América del Norte, sigue siendo el extraño director extranjero con un público constante ansioso por aceptar su último esfuerzo.

Michael Barker, copresidente de Sony Pictures Classics que ha lanzado las películas de Almodóvar en los Estados Unidos durante más de 30 años, dijo que el entusiasmo por "una película de Almodóvar" se remonta a una cultura cinematográfica anterior. "Cuando comenzamos en el negocio hace años, directores como Fellini y Bertolucci eran estrellas pop con cinéfilos", dijo Barker. "No creo que tengamos tantos de ellos ahora. Almodóvar es de ese tipo. Esta idea del cineasta como estrella".

Incluso los fanáticos de Almodóvar deben admitir que, en la última década, sus películas han carecido de la claridad emocional de su mejor trabajo. Después de la maravillosa historia de fantasmas Volver y el horror introspectivo del cuerpo de The Skin I Live I”, se deslizó fuera de la pista a la sátira del avión tonto I’m So Excited, un desastre de chistes sexuales a medias y delgadas caracterizaciones, seguidas de su apagada adaptación de Alice Munro Julieta, que se sintió tan restringida que cada escena rogaba por la intrusión de la voz de Almodóvar. Después de ese lanzamiento de 2016, Almodóvar estaba trabajando en un guion inspirado en Making a Murderer de Netflix cuando se sintió frustrado por su incapacidad para relacionarse con el trabajo de los personajes de la historia. "Tuve que hacer muchas revisiones, pero al final no estaba contento con eso", dijo. "Me aburrí de estudiar cosas que no sabía".

Trad. EnFilme

Fuente:  IndieWire