Desde hace un tiempo J.K. Rowling reveló sus planes de regalarle a cada uno de sus sus hijos, David de nueve años y Kenzie de siete, una casa de árbol al estilo Hogwarts. La multimillonaria creadora de Harry Potter gastará en esto aproximadamente 250 mil libras y, a pesar de que muchos de sus vecinos se oponían, ya cuenta con el permiso de construcción por parte de la ciudad de Edimburgo.
Las razones por las que los vecinos están en contra se relacionan con el impacto visual que la construcción tendría en la zona; tomando en cuenta el precio podemos asumir que estas casas no serán de un tamaño nada modesto. Sin embargo, los encargados del ayuntamiento están del lado de la escritora y parece que al final ella se saldrá con la suya y sus hijos podrán jugar en un mundo muy similar al que sus fanáticos solo pueden imaginar o ver en la pantalla.
AVE(@AloValenzuela)
FUENTE: The Guardian