Rusia ha introducido nuevas normas relativas a la expedición de certificados de exhibición para las películas, decretando que aquella historias "que contaminan la cultura nacional, que suponen una amenaza para la unidad nacional y socavan los fundamentos del orden constitucional" no se les permitirá proyectarse en los cines.
De ello se desprende una ley aprobada en mayo de 2014 por el presidente ruso Vladímir Putin, una que prohíbe el uso de "malas palabras" en los medios de comunicación, piezas teatrales y películas, espectáculos y conciertos, y en los libros y las obras de arte.
El ministro de cultura, Vladimir Medinsky pidió un internet patriótico, y a los medios de comunicación, consolidar el Estado y la sociedad sobre la base de los valores inculcados por la historia de aquel país.
Las nuevas normas aún no se han convertido en ley, pero están pasando por un proceso de revisión en otros ministerios. Los cineastas han reaccionado airadamente ante dichas propuestas. El realizador ruso Andrei Proshkin expresó su disgusto a la agencia de noticias rusa Interfax:
¿Quién va a decidir que la cultura se ha ensuciado?, ¿el ministerio?, ¿el público?, ¿un tribunal?, ¿sobre qué bases?, ¿ qué puede ensuciar más a la cultura en el siglo XXI que tales leyes?
Por su parte Daniil Dondurei, el editor de la revista de cine rusa Iskusstvo Kino ha señalado:
¿Qué es la"unidad nacional”? Se trata de un nuevo termino, que no existía en el pasado. En el pasado, todo lo que teníamos era [el término] propaganda antisoviética.
Sam Klebanov de la distribuidora Kino Bez Granits añadió:
Está dirigido principalmente a los cineastas nacionales, para que estén en alineados, señalándoles su lugar como parte del personal en la nueva jerarquía ideológica.
Aunque podría pensarse que con las nominaciones y el Globo de Oro como Mejor Película Extranjera obtenido por Leviathan, la forma de pensar de las autoridades rusas sería de apertura, pero hasta el momento ha sido de rechazo. Medinsky ha asegurado a diarios locales lo siguiente:
Yo no me reconozco, ni mis colegas y amigos en los personajes de Leviathan.
La película es vista como una sátira sobre las frustraciones de los ciudadanos comunes ante la corrupción e impunidad del sistema político ruso.
Poe ejemplo, un legislador ruso ha pedido a Dmitry Medvedev, presidente de la Federación Rusa, recuperar la financiación estatal de la película:
El director de cine utilizó el dinero del pueblo para hacer un cuadro deshonesto y antinacional en desacuerdo con la cultura tradicional de Rusia, desacreditando la escuela clásica de cinematografía rusa y está incitando el odio en la sociedad.
Vladimir Medinsky tiene una determinante visión cuando de trata de la expresión cultural de Rusia. Una vez afirmó que los autores de películas históricas debían decir "lo que era bueno, y lo que era malo", pero con relación a la financiación estatal: "todas las flores deben crecer, pero solo regaremos las que nos gusten".
El director de Leviathan, Andrei Zvyagintsev, dijo recientemente a The Guardian que Medinsky debió haber sido despedido por este último comentario.
VSM (@SofiaSanmarin)
Fuente: The Guardian