Una nueva guerra fría –aunque quizá el término resulta exagerado– podría gestarse después de la realización y exhibición de filmes recientes que muestran a los rusos como los villanos de las historias; por ejemplo, Viktor Cherevin (interpretado por Kenneth Branagh), el diabólico oligarca de Jack Ryan: Shadow Recruit (2014) o el sádico exagente de la KGB, Georgi Luchkov (Jerzy Skolimowski), de The Avengers (2012). En días recientes, un miembro del parlamento ruso ha sugerido prohibir las películas extranjeras –en particular las provenientes de la industria estadounidense– que “demonizan a Rusia y a los rusos”. Esto se suma a las declaraciones del pasado 17 de septiembre del cineasta Yuri Kara, quien hizo un llamado a la prohibición de los filmes norteamericanos hasta que se levanten las sanciones impuestas contra su país por la anexión de Crimea: “Hollywood ejercería presión sobre Obama, y él levantaría las sanciones”, planteó Kara.
Otro director, Stanislav Govorukhin, quien fue jefe de campaña del presidente ruso Vladimir Putin en las elecciones de hace dos años, también se ha pronunciado a favor de las restricciones: “Creo que sería bueno limitar la presencia de películas de Hollywood en las pantallas de Rusia”, manifestó la semana pasada durante un congreso del Frente Popular de Toda Rusia, una organización pro-Kremlin que él copreside.
Cualquiera limitación podría afectar a la industria de Hollywood considerando que en 2013 la taquilla en Rusia creció a 1.3 mil millones de dólares, convirtiéndose en el sexto mayor mercado de cine a nivel mundial. No obstante, auque estas propuestas podrían ser bien recibidas por el presidente, Vladimir Putin, existen otras posturas en contra. Aquellos inmersos en la industria del entretenimiento comentan que “las películas de Hollywood crean flujo de público constante en los cines locales, esto genera la apertura de mayores salas en todo el país. Esto, a final de cuentas, abre espacios también para ayudar a las producciones rusas”, dice Alexander Akopov, jefe de AMedia de Moscú.
Govorukhin cree que los filmes rusos no serán capaces de reemplazar totalmente las películas de Hollywood, pero señala que películas hechas “en países con culturas cinematográficas ricas”, como Japón, Corea del Norte, Turquía e Irán, así como el cine europeo, pueden cubrir los vacíos que deje Estados Unidos.
Finalmente, Vladislav Grib, Primer secretario adjunto de la Cámara rusa, ha declarado que:
En algunas películas, la retórica antisocial y en ocasiones antirusa está presente, confundiendo a la generación más joven. Al mismo tiempo, los filmes rusos tienen dificultades para llegar a las pantallas. Entendemos que no hay manera de detener la manera en que Hollywood nos retrata, pero deberían de incluir un poco de equilibrio y mostrar los rasgos positivos de nuestra comunidad. Además de ser justo y políticamente correcto, esto ayudaría a mantener las puertas abiertas al cine de Hollywood.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: The Hollywood Reporter