No haber visto el cine de Ray,
es como vivir en el mundo
sin haber visto el sol o la luna
-Akira Kurosawa
Pather Panchali (1955)
En uno de los mejores debuts en la historia de la dirección cinematográfica, Pather Panchali no solamente anunció la llegada de un nuevo talento, sino que fue reconocido por la crítica occidental, poniendo al cine de la India en el mapa.
El cine Indio ha gozado de solidez por décadas, de hecho celebra su centenario este año. Sin embargo, quienes vieron el debut de Satyajit Ray en el Festival de Cine de Cannes en 1956, se encontraron con una propuesta muy diferente a los tradicionales musicales y melodramas de Bollywood: un drama humano narrado con delicadeza e inspirado en Jean Renoir (La gran ilusión, 1937) y filmes neorrelistas como Ladrón de Bicicletas (Vittorio de Sica, 1948), los cuales habían dejado boquiabierto al joven Ray cuando los vio durante su estancia en Londres.
Pather Panchali es una adaptación de una novela de 1929 que tiene como protagonista a Apu, un niño creciendo en la región rural de Bengal, en donde la pobreza de su familia no es un obstáculo para su creatividad y para el despertar de su sensibilidad. Ray continúa siguiendo a Apu en otros dos filmes: Aparajito (1956) y El Mundo de Apu (1959) en donde el muchacho se muda a Calcuta para estudiar y encontrar su lugar en el mundo de la adultez. La Trilogía de Apu sigue siendo el logro más reconocido de Ray.
El Salón de Música (1958)
Ya con un lugar en los escenarios internacionales, Ray se tomó su tiempo antes de hacer la parte de la trilogía de Apu, para darle lugar a la comedia La Piedra Filosofal (1957) y a su magistral drama sobre un viejo terrateniente de Bengali y su fatal apego al pasado.
Situada en los 20’s, después de que el gobierno Indio abolió el sistema feudal Zamindari, el filme tiene como protagonista al actor Chhabi Bismas, interpretando al hacendado aristócrata Roy, que se secuestra a sí mismo en su enorme casa, refugiándose en su amada música clásica mientras afuera, el mundo cambia de manera abrupta. Ray le da vida al perfumado mundo de Roy utilizando fastuosas imágenes de fuegos artificiales, relucientes candelabros y un extravagante salón de música, a donde convoca a sitaristas y bailarines para entretenerlo a él y a sus invitados. Sin embargo el filme también está plagado de imágenes apocalípticas (una tormenta eléctrica, un insecto ahogándose en una copa, una araña caminando sobre el retrato de uno de sus ilustres ancestros), esto sugiere que los músicos solamente juguetean mientras la Troya de Roy se quema.
Una gran película, al nivel de Vida y Muerte del Coronel Blimp (Michael Powell, 1943) y El gatopardo (Luchino Visconti, 1963), abarcando el tema de un hombre viejo siendo eclipsado por el tiempo. Incluso hay un toque de Norma Desmond, la ex estrella de filmes silentes en Sunset Boulevard (Billy Wilder, 1950), debido a su fe en viejas ilusiones y en el privilegio que le otorga la sangre en sus venas.
La Gran Ciudad (1963)
Hay un momento en La Gran Ciudad, cuando Arati Mazumdar (Madhabi Mukherjee) mira a su esposo Subrata (Anil Chatterjee) y le dice: “Si me vieras en el trabajo, no me reconocerías.” Sus ojos, abiertos por completo gracias a sus nuevas experiencias, resplandecen de orgullo.
“¿Y en casa?”, responde Subrata desolado, con el orgullo herido. Siente envidia de la destreza profesional de su esposa, y está luchando por adaptarse a los cambios que se dieron en la sumisa esposa que amaba.
Encontrando difícil el mantener a una familia grande, solamente con el sueldo de cajero de banco de Subrata, ella lo persuade para que la deje trabajar como vendedora. Para su sorpresa y para la estupefacción de su retrógrada y tradicional familia, Arati, quien nunca había hecho nada más que cocinar y limpiar su casa, ingresa al mundo laboral como pez en el agua. Se sorprende de ser tan hábil para ganar dinero, y se deleita con su recién adquirida independencia, con la camaradería con sus colegas, y con las alabanzas de su jefe. En este drama de 1963, Ray protesta contra la idea de que ‘el lugar de la mujer es la casa’, al hacer una película sobre la velocidad de la modernidad y el feminismo en su ciudad natal Calcuta.
Charulata (1964)
‘Perdí el interés por las sagas después de la trilogía de Apu’, le dijo Ray a su biógrafo Andrew Robinson. ‘Demasiados lapsos de tiempo. Es una suerte de aproximación novelística. Para el cine es mucho mejor el estar más concentrado en el tiempo.’
Charaluta es un ejemplo perfecto de esta aproximación más concentrada al tiempo: un drama que se lleva a cabo casi por entero en una casa y sus alrededores en la Calcuta de 1880. Mientras su acaudalado esposo Bhupati (Sailen Mukherjee) está ocupado dirigiendo su periódico El Sentinela, la aburrida Charu (Madhabi Mukherjee) ocupa su tiempo leyendo, relajándose y espiando a quienes sean por sus jardines. Entonces, la llegada de el joven primo de su esposo no solamente le despierta pensamientos adúlteros, sino que provoca el despertar artístico de Charu como escritora.
Como La Gran Ciudad, esta es una película que habla de los primeros pasos que da una mujer para liberarse de una sociedad dominada por los hombres, y explorar sus propias sensibilidades y ambiciones. Está exquisitamente filmada tanto en los espacios ornamentados de la casa como en los jardines salpicados de luz.
Días y Noches en el Bosque (1970)
Asesorado por el gran cineasta francés Jean Renoir en los inicios de su carrera, Ray creó un tributo al clásico de Renoir Un día de campo (1936) con Días y Noches en el Bosque, traduciendo la escena de la Francia pastoral a los bosques del noroeste de la India.
Como en el filme de Renoir, se trata de una historia sobre un grupo de personas de clase media tomando un día libre para ir al campo. Cuatro amigos de Calcuta emprenden un viaje al pueblo de Bihar, donde se alojan en la casa de huéspedes del bosque a pesar de las protestas del conserje. Ellos son de la gran ciudad: presuntuosos, confiados, ambiciosos y listos para mangonear a los modestos habitantes de los alrededores. Se comprometen a no afeitarse, pero se echan para atrás cuando se topan con dos hermosas mujeres que están alojadas cerca de allí, e inicia un elegante juego de coqueteos y humillaciones.
‘Cuando la gente deja Calcuta, se vuelve más joven’, dice uno de los amigos cuando suben a un auto para emprender su viaje. Van en busca de alcohol, relajación y mujeres, pero Ray nos deja ver sus rasgos más despreciables, transformando un viaje agradable en una experiencia que se rige por el azar y las lecciones a aprender.
[Trad. Viera Khovliáguina]
Fuente. BritishFilmInstitute