Cumbres
Dir. Gabriel Nuncio, México *Estreno mundial*
Una noche de fiesta termina mal para Juliana, por lo que su hermana Miwi sale en su ayuda y, con un poco de dinero y comida, las dos salen un viaje en carretera lleno de incertidumbre. En su recorrido, Miwi se enterará poco a poco de lo que pasó aquella noche –y nosotros junto con ella–, y esta travesía unirá a las dos hermanas de una manera que antes no habían sido capaces de experimentar.
La obra de Gabriel Nuncio es una road movie bellamente fotografiada en blanco y negro que utiliza de excusa un acto criminal para resaltar la calidez de sus dos protagonistas. El trasfondo es siempre lúgubre (a veces demasiado decadente) y se inspira en un acontecimiento real que el director sacó de la nota roja de su ciudad. El mundo es un lugar cruel para vivir, pero esto no impide que dos personas de distinta naturaleza se puedan acercar.
ESR (@RikyTravolta)
Times Goes By Like Roaring Lion
Dir. Phillip Hartmann, Alemania, 2013 *Estreno mundial*
¿Qué es el tiempo? Un sistema de medición que permite organizar el quehacer humano, la afectación en los cuerpos y objetos en el espacio o quizás el cúmulo de experiencias vividas por el hombre en su andar. El director Phillip Hartman se hace esta pregunta una y otra vez en distintos escenarios, a través de entrevistas y del retorno a archivos fotográficos familiares. Un montaje de imágenes veladas por la luz nos muestra esa parte siempre borrosa de la memoria, el espacio en blanco es aquello que debemos llenar mediante el recuerdo y la narrativa. “Aquí lo único que pasa es el tiempo” plantea el director a partir del texto escrito en la locomotora de un tren abandonado. Los juegos de la infancia, los recuerdos, la forma política como organizamos a nuestras sociedades, la ciencia, todo en el hombre es tiempo.
BLG (@LadronadGuevara)
Arraianos
Dir. Eloy Enciso, España, 2012
Es evidente que muchos de quienes se montan estilísticamente en la tendencia por desvanecer los bordes entre la ficción y el documental, lo hacen con un propósito que rebasa la simple búsqueda de un recipiente formal en el que puedan acomodar su discurso o testimonio. También es claro que buena parte de ellos exige la participación del espectador en un grado incluso mayor que el que el propio director asumió, en esta relación que, si bien siempre es dispareja, en estos casos lo sigue siendo pero a la inversa. En Arraianos existe la inquietud de Enciso por combinar la forma en que el tiempo parece suspenderse en un pueblo gallego (como en cualquier pueblo del mundo); la manera en que, coqueteando con el absurdo, sus habitantes flotan en ese espacio congelado que, sin embargo, no puede dejar de ser transformado segundo a segundo (pese al disfraz de quietud) por la inexorabilidad del transcurrir de la vida; y el deseo del realizador por insertar, de manera teatral, diálogos con voluntad filosófica que reflexionen sobre eso: la convivencia de la materia en sus diferentes formas con la vida humana que ocurre ahí, en ese sitio con sus propias peculiaridades en tipos de animales, vegetación, piedras, infaltables barras en las que se congregan los hombres a cantar (y, por supuesto, a beber); y con la representación del tiempo que tiene esa engañosa naturaleza que hace del pasado un huésped permanente en el presente y del futuro, un intruso enigmático. Se perciben ecos de Le Quattro Volte (2010) de Michelangelo Frammartino, pero lejos de la redondez y claridad de la cavilación del italiano. Como en un buen número de los filmes de este tipo, el resultado parece más un bosquejo inacabado de buenas intenciones que la manifestación no posmoderna del compromiso por exponer decididamente una voz propia.
AFD (@SirPon)
Dos metros de esta tierra
Dir. Ahmad Natche, Palestina, 2012
Es una tarde de verano en Palestina y todo gira en torno a los preparativos de un festival de música al aire libre, junto a la tumba del poeta Mahmud Darwich. Mientras la organización del evento tiene lugar, los artistas invitados, los productores, los estudiantes participantes, los periodistas locales y extranjeros van desentrañando la forma de vida actual de los palestinos, así como la mala actuación de la prensa internacional. Una octogenaria narra sus recuerdos de la guerra, mientras las jóvenes palestinas hablan de su futuro profesional.
Dos metros bajo tierra (Two meters os this land, Palestina, 2011), es el primer largometraje del director español-palestino Ahmad Natche, y el título de la cinta hace referencia a un verso del libro Mural del poeta Mahmud Darwich. La historia es una ficción con motivos documentales en la que el realizador hace un paneo de la vida cotidiana del pueblo palestino moderno, de cómo a través de la cultura intentan mostrar otra cara al mundo. Aquí, la música funge como ese puente de comunicación con el exterior. La cinta estuvo dentro de la selección del Festival Internacional del FID-Marseille 2012.
VSM (@SofiaSanmarin)