Durante la celebración anual de Star Wars, que este año se realizó en Orlando, Florida, se invitó a las celebridades del universo Star Wars a conmemorar el legado de la franquicia más duradera en la historia del cine: “40 años de Star Wars”.
Por el estrado desfilaron personalidades como Harrison Ford, Mark Hamill, Hayden Christensen e, incluso, John Williams hizo una aparición sorpresa (con todo y orquesta), pero solo un hombre ocupó en realidad el sitio de invitado de honor: George Lucas.
Tanto por parte de los actores en el escenario, como de los fanáticos en sus asientos, el profundo sentido de agradecimiento reverberaba alrededor de todo el recinto; la gente coreaba “Lucas, Lucas, Lucas” mientras la cabeza de Lucasfilm, Kathleen Kennedy, presentó al “genio colectivo que nos ha unido a todos nosotros”. Todo se le debe a ese hombre, a su imaginación y empuje, sin importar cómo se sienta cada quien acerca de las precuelas.
Para el propio Lucas existe algo de conmoción en el hecho de mirar a través del lente de 40 años de Star Wars; agradecimiento, también, pese a que la masa compuesta por fanáticos adultos quizá se decepcionar un poco al escuchar que el creador del mundo que idolatran no estaba precisamente pensando en ellos cuando ideó Star Wars.
“No debería decir esto”, Lucas dijo entre broma y en serio, sonriendo. “No debería haberlo dicho entonces, pero esta es una película para niños de 12 años”. Es un proyecto que él pensó como una ayuda para aquellos a punto de entrar en la oscura incertidumbre de la adultez, porque “cuando tienes 12 años, estás por entrar al mundo real”.
“Quizá estás asustado, sin saber qué pasará”, continuó. “Aquí hay una pequeña idea de las cosas a las que debes ponerle atención. Amistad, honestidad, confianza. Vivir del lado de la luz, evitar el lado oscuro”.
EF