Cuando Mark Tildesley leyó el guion de Anthony McCarten para The Two Popes, vio cuán importante era la Capilla Sixtina en la narrativa. Como diseñador de producción de la película, sabía que no podía filmar dentro del Vaticano, lo que significaba que tendría que reproducir la ubicación. “Lo visitamos con un experto líder: el productor Enzo Sisti. Su padre era un sacristán que había vestido a dos de los papas. Nos llevó de gira y nos explicó el lugar. Era la primera vez que había estado en la capilla. Fue una tarea desalentadora imaginar que íbamos a reproducir esto”.
A través de conversaciones con el director de la película, Fernando Meirelles, y el cinematógrafo, César Charlone, Tildesley supo que las pinturas icónicas de Miguel Ángel aparecerían en un lugar destacado. "Íbamos a hacer estos primeros planos", dice. "Fuimos a Cinecittà Studios, y es lo suficientemente grande como para tomar la huella, pero no lo suficientemente alto como para hacer todo".
Una vez que tuvieron el espacio, Tildesley estudió formas de recrear las pinturas. "Observamos pintarlo de la manera tradicional en el techo, pero nos dimos cuenta de que tomaría de 14 a 17 semanas, y no tuvimos ese tiempo". El equipo también consideró imprimirlas como papel tapiz, pero no hubiéramos obtenido la textura o brillo de la capilla. "La capilla ha sido restaurada", explica. "Ahora es súper brillante y vibrante. Creo que verán en la película lo que queríamos retratar: esta imagen moderna. No queríamos ver esta iglesia vieja de la catedral que había sido manchada por velas. Queríamos mostrarlo como en los primeros días de la iglesia, cuando era esta obra maestra. Lo intentamos y no pudimos obtener el color correcto".
Fue entonces cuando el director de arte, Stefano Maria Ortolani, mencionó una nueva técnica, Tattoo Wall. "Imprimen en película", explica Tildesley, "y colocan la película en una pared, y usan una sustancia que absorbe la imagen en la pared. Lo probamos varias veces y funcionó muy bien”.
Ortolani dice que el atributo clave de la técnica es que el pegamento aplicado al yeso no se secará hasta que se aplique la membrana del tatuaje. "Es como un papel tapiz, y este pegamento absorbe el pigmento. Entonces, cuando quitas la membrana, es totalmente transparente porque la totalidad del pigmento, la reproducción fotográfica, es absorbida por este pegamento". El efecto, dice Ortolani, hace que las pinturas parezcan pintadas a mano.
"El otro truco que es crucial para el proceso es el tratamiento del yeso subyacente", dice el director de arte. "Lo tuve todo a mano con un uso mínimo de paletas, para que obtengas ese efecto ondulado".
Tildesley está particularmente orgulloso del proceso de ahorro de tiempo. "Construimos la Capilla Sixtina", dice, "y les llevó cuatro semanas colocar los tatuajes en la pared".
Trad. En Filme
Fuente: Variety