No es sorprendente que Samuel L. Jackson sea el actor más taquillero de todos los tiempos; habiendo aparecido en varias franquicias de gran éxito, desde las precuelas de Star Wars y The Incredibles hasta Jurassic Park y la mayoría de las películas del universo cinematográfico de Marvel. En total, es bastante fácil ver cómo las películas en las que apareció Jackson han recaudado más de cinco mil quinientos millones de dólares. Pero, como señaló en San Diego Comic-Con a principios de este año, Jackson todavía tiene que interpretar a un personaje cuyo nombre se encuentra en el título de la película, es decir, hasta que Glass, de M. Night Shyamalan, la secuela sorpresa de Unbreakable llegue a la pantalla grande.
Unbreakable fue apenas la primera subversión de los tropos de superhéroes clásicos, pero lo hizo de una manera tan inteligente y única que la película se ha convertido en un gran clásico de culto desde su lanzamiento en 2000. Desde entonces, Shyamalan cayó en una especie de rutina. Críticamente y comercialmente (y con Lady in the Water, The Last Airbender y After Earth), pero después de su filme en found footage The Visit que sorprendió a críticos y audiencias, Shyamalan se encontró con suficiente buena voluntad para hacer Split, que recuperó su dinero treinta veces más.
Como descubrieron los fanáticos que se quedaron después de los créditos, Shyamalan utilizó Split como una continuación de Unbreakable, y ahora, regresa con una película que une a los personajes principales de las dos películas anteriores: David Dunn, interpretado por Bruce Willis, Wendell Crumb, interpretado por James McAvoy, y el titular Elijah Glass, interpretado por Jackson. Junto a ellos se encuentran Sarah Paulson, que interpreta a una terapeuta que se especializa en pacientes que creen que tienen superpoderes, y Anya Taylor-Joy, que termina un año candente al repetir su papel de Split como Casey Cooke.
Trad. EnFilme
Fuente: The Playlist