Como parte del Festival DocsMX, que se desarrollará del 13 al 22 de octubre en CDMX, se presentará el filme Tutti Frutti: El Templo del Underground, de Laura Ponte y Alex Albert.
Durante los gobiernos represores que vivió México durante mucho tiempo durante la “dictadura perfecta” priista, que se acentuaron a partir de la matanza de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, cuando Gustavo Díaz Ordaz era Presidente de la República y Luis Echeverría Álvarez era Secretario de Gobernación y, posteriormente, con el trágicamente célebre “halconazo” el 10 de junio de 1971, cuando Echeverría ya era presidente del país, las libertades de los mexicanos, particularmente de los jóvenes, se vieron tremendamente acotadas cuando no de plano canceladas. El 11 y 12 de septiembre de ese mismo 1971 se llevó a cabo el Festival de Avándaro, una especie de respuesta tropicalizada a Woodstock o Glastonbury pero, sobre todo, una contestación tan firme como lúdica (y, sí, desmadrosa, como debe ser siempre el rock) a los impulsos autoritarios de un régimen que al sentir que perdía cada vez más simpatía entre el pueblo, apostaba a la mano dura para hacerse respetar. El grito juvenil fue ahogado de manera contundente; el miedo provocado por las muestras de desparpajo, rebeldía, insumisión, gozo, alegría (más allá de algunos excesos) fue usado de pretexto para reprimir y prohibir.
Reprimir los impulsos juveniles de libertad y búsquedas creativas para manifestarlo; prohibir conciertos de rock y todo tipo de diversión que pudiera relacionarse con ello. El país se convirtió en un páramo, y la capital del país lo reflejaba. No hay que olvidar que quienes en los setenta y ochenta formaban parte de ese partido represor en el gobierno, son quienes hoy con otro disfraz nos gobiernan.
En ese contexto nació el célebre Tutti Frutti, un antro en Lindavista ((ubicado en la parte de arriba del restaurante familiar Apache 14), en el norte del antiguo DF, que se convirtió en la Meca para quienes, desde distintos puntos de la ciudad, con diversos orígenes sociales y culturales, buscaban un sitio que fuera simultáneamente refugio y santuario. Un espacio para desfogar las frustraciones, desilusiones e impotencias, pero también para canalizar la creatividad, la imaginación y, claro, también las pasiones y los placeres. Todo acompañado de buena música y compañía inigualable, cuestiones que no se encontraban precisamente en los antros de cualquier otro tipo en el resto de la ciudad. En 1985, poco después de la sacudida literal, social y política que representó el terremoto del 19 de septiembre, de manera entonces clandestina, abrió sus puertas el Tutti Frutti, para alojar el movimiento underground de música y cultura que urgía en la capital del país. Brisa Vázquez y Danny Yerna (entonces de 19 y 21 años, respectivamente), fanáticos de la escena punk que habían podido conocer en Europa, decidieron armar el epicentro en su propia ciudad.
El Tutti Frutti fue el sitio en el que, en muchos casos se conocieron o simplemente gestaron o iniciaron a tocar bandas que posteriormente se volvieron figuras del rock mexicano como Santa Sabina, Café Tacvba, La Maldita Vecindad y Las insólitas imágenes de Aurora, que posteriormente se convertirían en Caifanes, y por supuesto muchas otros grupos con distintos grados de éxito entre el público, pero de los que surgieron personalidades que también influyeron en otros ámbitos de la cultura, desde entonces.
Por fortuna, a alguien se le ocurrió recuperar esa parte del pasado cada vez menos reciente, de la historia de la hoy CDMX y de la cultura popular juvenil que de aquí nació y decidió reconstruirla a manera de película. La documentalista, Laura Ponte recuerda que fue en una fiesta con amigas, recordando sus días de fiesta en el Tutti Frutti y lo que para ellas representó esa época, que la hija de una de ellas desconfiaba que aquí hubiera existido un lugar como del que hablaban. Fue entonces que Laura decidió que sería buena idea hacer un documental que, por un lado, le rindiera homenaje, por otro permitiera revivir aquellos momentos para tantos gracias al poder del cine, pero también sirviera para que las nuevas generaciones no solo supieran que aquello existió, sino que integrado en la memoria colectiva de Ciudad de México, quedará como un testimonio en imagen y sonido que debe ser preservado para los años por venir.
Así fue que nació Tutti Frutti: El Templo del Underground, dirigida por Laura Ponte y Alex Albert, que debutará el próximo 20 de octubre, como parte del Festival DocsMx, en el Parque México de la Colonia Condesa, a las 8pm. Aquí pueden ver el tráiler.
Teaser Tutti Frutti from Alex Albert on Vimeo.