Un fragmento de la entrevista realizada en 1957 por el locutor Colin Edwards, para la estación de radio californiana KPFA, al maestro del suspenso, Alfred Hitchcock, fue trasladada en una atractiva animación por los estudios PBSBlank on Blank con la ayuda del artista Patrick Smith.
En estos casi cinco minutos podemos contemplar la manera despreocupada que el director británico tenía para hablar sobre los cadáveres. Su habilidad para reírse de la muerte deja entrever lo que cautivaba en sus películas.
El gran maestro del humor oscuro, quien colaboró con artistas como Salvador Dalí para innovar el arte visual del cine, tenía un sentido de humor tan irónico que daba el toque perfecto para que las escenas de asesinatos llenos de misterio, fueran agradables y aceptados por los espectadores.
Aquí te dejamos el video de la animación y la traducción de la entrevista:
-¿Diría que la esencia de su técnica ha cambiado desde 1932?
-No, no lo creo. Pienso que cada quien debe dedicarse a lo que sabe. Uno debe conocer sus propias limitaciones. Me he convertido en especialista de esa materia. La gente espera eso. Si hiciera una historia o un musical sobre Cenicienta, el público estaría esperando ver el cadáver. Si la película tiene mi firma, la audiencia siempre estará esperando ver un muerto.
-Me parece que muchas de sus películas han tenido una dosis fuerte de peligro, en especial casi desde el inicio. ¿No?
-Creo que esto sucede, probablemente, porque soy un hombre muy nervioso. Todos tenemos y encontramos el miedo dentro de nosotros y nos atrae la idea de disfrutar de forma indirecta esa sensación. Pienso que al público le gusta sentir un pequeño toque de miedo, después de todo ellos entran a una montaña rusa de emociones y gritos. Siempre se encuentran en un punto muy cercano al peligro. Si la montaña rusa no toma cierta curva y se va directo a la cima, eso generaría llegar al final de inmediato. ¿Sabes? Alguna vez cometí el error de agregarle suspenso a una película, sin mitigarlo. Hice una filme llamado ‘Saboteur’, perdón, era ‘Sabotage’, y en ella había un personaje, un niño que llevaba cargando una bomba por todo Londres. Todo estaba preparado para que la bomba explotara en cierto momento del trama, pero realmente, la explosión se dio dos minutos después de cuando todos creían que iba a suceder, y esto fue algo horrible para la audiencia, en especial para las mujeres. Nunca fui perdonado por ello.
-Ahorita habló sobre mitigar el suspenso y pienso que una forma de hacerlo, es con la ironía que resalta en sus películas…
-Bueno, sí, creo que después de todo hay humor hasta en un panteón. ¿Por qué no? Esto me recuerda a una historia. Fue cuando murió Harry Tate, un comediante inglés. En su entierro estaban todos sus amigos, incluyendo a un hombre viejo llamado Charles Coburn. Y, justo cuando el féretro estaba bajando, un comediante joven y un tanto atrevido, se acercó a Coburn y le dijo, ‘¿Qué edad tienes Charlie?’, a lo que el viejo comediante respondió, ‘Oh, tengo 89 años’. El joven dijo, ‘Parece que no vale mucho la pena ir a casa, ¿no te parece?’ (risas) Me parece que el sentido del humor de los ingleses va relacionado, especialmente, con lo macabro. Creo que muchas personas objetan a jugar con los cuerpos de gente muerta y con cosas por el estilo, pero realmente eso no importa mucho. Con esto me refiero a que, muchas veces, la gente está en desacuerdo con mi trabajo, en especial cierto tipo de gente inglesa que ni siquiera toma en cuenta las bromas que les pueden causar gracia. Por ejemplo, recuerdo una vez que había un espectáculo, en una feria a las afueras de Londres, en el que un hombre arrancaba las cabezas de ratas vivas. Ahí mismo, atrás de la audiencia, había dos mujeres que observaban la escena con fascinación, pero también con horror, mientras apretaban los dientes. Y uno de ellas hizo una broma al gritarle al hombre que si no le apetecía un poco de pan para comerse a los roedores.
-¿No ha utilizado esa historia para alguna de sus películas?
-Todavía no, pero hay espacio para ello.
-¿Cuántas películas ha hecho, señor?
-No sabría decirte. Quizá 40 o 50. Nunca veo hacia atrás. Creo que es un error ver hacia atrás. Uno siempre debe ver hacia adelante, de lo contrario está destinado a pasar de moda.
SHS (@Plumadequetzal)
Fuente: Creators