Hay películas que se crean soñando con llegar a la pantalla grande. Otras, desde su concepción, se crean para venderse masivamente en mercados internacionales, con una poderosa maquinaria de marketing detrás y de introducción cultural. En el caso de las películas de Pixar, la animación permite que haya pequeñas alteraciones que faciliten el entendimiento en distintos públicos: desde cambios en el idioma escrito, hasta otras particuaridades culturales, como cuando se busca resaltar el gusto o disgusto por ciertos alimentos.
El video de abajo, resalta algunas de estas alteraciones, que son parte de una estrategia de ventas.