¿Qué sucede cuando dos de los directores más queridos de Japón --no, del mundo—se reúnen para hablar de cine? Afortunadamente, no tenemos que imaginarlo: en 1993, cuando Hayao Miyazaki (El viaje de Chihiro, 2001) todavía se estaba haciendo un nombre como animador e innovador (en ese momento, su ahora famoso estudio Ghibli había lanzado sólo tres títulos), se sentó con el afamado maestro Akira Kurosawa (Rashomon, 1950) como parte de un viaje de prensa por la que sería la última película de Kurosawa, Madadayo (1993). Desde el monte Fuji, con vista a los encantos de Catbus, estos son los aspectos más destacados de su conversación amplia y animada.
Trad. EnFilme
Fuente: Fandor