El autor estadounidense, David Lynch, habla sobre la magia del cine en este nuevo perfil de Stella McCartney. Creado por el hijo de Lynch, Austin Lynch, y el artista visual Case Simmons, el dúo creativo detrás del estudio Tête-à-Tête, con sede en Los Ángeles, el cortometraje nos ofrece una rara visión de Lynch detrás de la lente, enseñándonos sobre su teoría del cine y su búsqueda de toda la vida de la meditación trascendental.
Habiendo reflejado y refractado el mundo moderno, desde las extravagancias provinciales de Blue Velvet hasta la perversidad urbana de Mulholland Drive, el trabajo de Lynch ha probado consistentemente las cualidades mágicas y oníricas del cine. El director lo expresa de forma sencilla: “El cine es su propio idioma”. Para Lynch, ver películas, esperar que las cortinas se eleven, antes de descender a otro mundo, comparte muchas cualidades con el reflejo interior de la meditación. Esto es especialmente relevante en un momento en que el tema de muchas películas se hunde ansiosamente en la oscuridad moderna. Pero, como señala Lynch, “el realizador no tiene que estar sufriendo para mostrar sufrimiento”.
A lo largo de la película, un elenco ecléctico de cameos y talentos creativos hacen apariciones (incluida la propia McCartney) para destacar los beneficios de la meditación trascendental al abordar el trauma y la epidemia de estrés tóxico. La colaboración se creó en apoyo de los trabajos de la Fundación David Lynch, cuyo objetivo es evitar que estos problemas se propaguen aún más.
Trad. EnFilme
Fuente: Nowness