David Lynch, rara vez, habla de su trabajo a detalle; él prefiere darle la oportunidad a los espectadores de crear interpretaciones propias sobre sus enigmáticas películas como Lost Highway y Mulholland Drive. Según lo revelado en una entrevista de 1979 con el director y guionista estadounidense, esto no es un fenómeno reciente. Durante la realización de un proyecto escolar de la clase de producción de televisión, algunos estudiantes de UCLA buscaron a Lynch para hablar de Eraserhead (1977), el ensueño inquietante que lo puso en el mapa. Lynch, que en aquel entonces tenía 33 años, aceptó hablar con aquellos estudiantes.
Después de invocar la propia descripción de Lynch de la película –“un sueño de cosas oscuras y preocupantes”– el entrevistador le pregunta si le gustaría dar más detalles. “No”, es su sencilla respuesta. “Todo el mundo tiene algo un poco diferente que decir”, Lynch continúa más adelante:
Todo depende de quien esté escribiendo y de aquel que está viendo para generar sus propias conclusiones y percepciones acerca de lo que está pasando, por lo que no haría ningún bien para mí decir más.
Sin embargo, Lynch sí habla con apertura sobre las implicaciones de llevar a cabo un rodaje en Filadelfia, sobre el aparente contraste entre su conducta tranquila y sus películas extrañas (“No soy tan extraño, de verdad”) y su mayor interés y preocupación: cómo será recibido su trabajo en el futuro: “Para la próxima película que haga, me gustaría pensar más en la audiencia”, señala Lynch, algo en lo que, según él, no pensó al momento de realizar Eraserhead porque consideró que nadie le pondría atención a su primera obra cinematográfica.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: Indiewire