La vida de Calabacín (2016), cuyo título original en francés es Ma vie de Courgette, narra cómo, tras la repentina muerte de su madre alcohólica, Calabacín se ve obligado a ingresar en un orfanato con otros niños de su edad que han vivido historias igual de trágicas con sus padres. En ese ambiente marcado por el dolor y el abandono, Calabacín aprenderá a rehacer los vínculos de afecto y confianza.
Esta coproducción entre Suiza y Francia, nominada al Oscar 2017 en la categoría de Mejor Película de Animación, es dirigida por el cineasta suizo de animación, Claude Barras, quien así se refiere a su obra:
Me enamoré del libro de Gilles Paris, Autobiographie d'une courgette, una tierna y poética historia sobre el crecimiento. La historia y su tono me trajeron de vuelta a mi infancia y me recordó a mis primeras vibraciones emocionales como espectador. Con esta adaptación cinematográfica animada quería compartir con el público de hoy un poco de estas maravillosas y formativas emociones que han nutrido y moldeado mi experiencia. Pero esta película es también, y sobre todo, un homenaje a niños descuidados y maltratados que hacen lo mejor que pueden para sobrevivir y vivir con sus heridas", añadió Barras.
Para materializar esta aventura, Barras conformó un equipo de 50 animadores que construyeron 54 marionetas (con diferentes vestuarios) y 60 escenarios (incluyendo los cielos, las nubes y otros paisajes de fondo que, a veces, se apoyaron en CGI) en una frenética producción que duro poco más de dos años.
Aquí te compartimos un detrás de cámaras que muestra algunos de los detalles sobre el proceso de realización de esta adorable animación stop-motion.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuentes: IndieWire, Cartoon Brew, Swiss Info