Esto no es un obituario para Philip Roth. En primer lugar, es cierto que la influencia y ubicuidad del autor es tal que, en la actualidad, es casi imposible omitirlas y, por lo tanto, la cantidad de detalles valiosos y fácilmente disponibles eventualmente se reduce a casa cero; también es cierto que el amor de este escritor por el nativo de Newark alcanza un grado que hace que el tiempo necesario para pagar un tributo apropiado sea tan largo, y frente a un discurso abrumador. Más valioso, por no mencionar lo ajustado, el uso de este formato apunta tanto a devotos como a neófitos hacia el mejor material fílmico disponible.
Hay muchas maneras en que Roth hace un buen tema documental. Si hay una constante, es el hombre mismo: encantador y gracioso, pero también mortalmente serio y de mente clara en su elocución, habla del trabajo de toda una vida en términos equilibrados, prácticos e infaliblemente honestos, algo que cualquier biógrafo esperaría. Eso no significa que un documental sobre él sea de facto bueno, pensemos en el terrible Philip Roth: Unmasked que desafía su propio título al situarse exclusivamente dentro de pedazos de entrevistas familiares y viñetas de Wikipedia, pero los que alcanzan la marca tienen poderes similares a los de Zuckerman o Kapesh para entrar en la mente de Roth todo el tiempo sin la osadía de debatir lo que constituye o no la autobiografía.
Lo más íntimo sucede en Arena, una fusión del alcance, el estado de ánimo, el material y el formato, cuya duración corta hace más por separar el grano de la paja como ningún otro. Quizas lo más parecido sea el compañero Philip Roth Unleashed, que, aunque no cumple con la promesa de su título (suponiendo que también piense que implica la visión de Roth rasgando su camisa y mirando hacia la cámara), la pieza de dos horas también se beneficia al ampliar el alcance para incluir a contemporáneos y, con lecturas de prosa, lograr un metraje de archivo efectivo. Ninguno es un sustituto perfecto para leer su trabajo, con el cual, por cierto, nunva es demasiado tarde o de otra manera es inoportuno para comenzar, pero estas alternativas justifican y enriquecen lo que hay allí. Teniendo en cuenta la profundidad del poder de sus libros, eso es un logro propio.
Texto de Nick Newman
Trad. EnFilme
Fuente: The Film Stage