Hay una cierta biología en el cine de David Cronenberg. Videodrome, The Fly, Naked Lunch, Existenz, Crash, Eastern Promises y otros filmes, a su manera, se ocupan del aspecto físico y las trasnformaciones de sus personajes en relación con los escenarios extremos en los que se encuentran. Es casi como si hubiera dos facetas en cada personaje: su persona y su cuerpo. Cronenberg explora las formas en que los cuerpos conectan y dividen a las personas, cómo nos atraen el uno al otro y cómo nos repelen, y cómo el cuerpo es más que un recipiente biológico, es un medio para explorar y comprender los mundos alrededor y dentro de nosotros. Es un cine de la carne, por supuesto, pero más que eso, el cine de Cronenberg es uno de la vida en un nivel básico y elemental, y es por eso que cuando pervierte esa vida, ese cuerpo, provoca una respuesta tan poderosa y visceral en su audiencia.
El cine de Cronenberg hace que el público se sienta incómodo; hace que tu piel se arrastre, y para abrir tu línea de pensamiento a los horrores, misterios y posibilidades emocionantes que están sucediendo dentro de ti a cada segundo de todos los días de tu vida entera, incluso ahora.
En David Cronenberg and The Grotesque Body, la editora y videoensayista Luiza Liz aborda el trabajo del cineasta canadienes y cómo usa el cuerpo para comprender las horribles verdades que acechan bajo la superficie de sus películas.
Trad. EnFilme
Fuente: Film School Rejects