Si les preguntan a los padres de familia cuál es su mayor temor, probablemente dirán que es la amenaza de daño para sus hijos.
Nos preocupamos por proteger a nuestros niños de la pornografía. Nos preocupamos por protegerlos de los depredadores sexuales. Nos preocupamos por protegerlos de la violencia. ¿Cómo preservamos su inocencia, aseguramos su paz y los protegemos del dolor? Como padres tenemos la experiencia, al menos en parte, de cómo respondemos a tales preguntas. Y somos juzgados, principalmente por nuestra conciencia, por cómo respondemos cuando no podemos protegerlos.
Ese miedo paternal universal está en el centro de A Quiet Place (2018) de John Krasinski y Bird Box (2018) de Susanne Bier, filmes que -en mayor o menor medida- lanzan un cuestionamiento profundamente existencial: “¿Quiénes somos, como padres de familia, si no podemos proteger a nuestros hijos?”. Esto es analizado en Bird Box & A Quiet Place: The Horrors of Modern Parenting, un videoensayo de ScreenPrism que señala que los dos filmes no solo tienen elementos de ciencia ficción similares, sino que ambos reflejan lo que es ser padre en los tiempos modernos.
EF
Fuente: Screen Prism