La ironía en la obra de Stanley Kubrick (The Shining, 1980) no es exactamente como la lluvia en un día de bodas. Es más cósmico, más kármico, más malévolo y más agudo. Y tampoco es del todo subestimado: destaca en cada película, tan negro y tan sombrío como el humor podría llegar a ser. Lo cual, si lo piensan bien, es bastante apropiado para capturar cosas que son tan sublimes, y absurdas, como la violencia, los viajes espaciales y el sexo. Sobre todo, es una forma de describir, no sólo una desgracia, sino una tragedia, y las películas de Kubrick no son sino tragedias. En este video, echamos un vistazo a cómo Kubrick ha convertido la ironía en una forma de arte único.
Trad. EnFilme
Fuente: Fandor