En muchos sentidos, El año pasado en Marienbad (L'Année dernière à Marienbad, Dir. Alain Resnais, 1961) y El resplandor (The Shining, Dir. Stanley Kubrick, 1980) presentan similitudes. Ambas películas se desarrollan en extensos resorts que están escasamente poblados. Los dos filmes plantean misterios narrativos que tienen soluciones deliberadamente ambiguas. En el primero uno se pregunta: ¿La mujer (Delphine Seyrig) conoció al hombre (Giorgio Albertazzi) el año pasado en Marienbad o no? Quizá si se conocieron, pero no en Marienbad. Si se conocieron, ¿por qué la mujer olvida su encuentro con el hombre? ¿Son reales los personajes? ¿Son fantasmas o fragmentos de la imaginación de alguien más? La película de Resnais ha logrado fascinar, intrigar, desconcertar y frustrar a muchos espectadores por poco más de 50 años, sencillamente porque es un rompecabezas sin una clave para guiar al espectador. Cada uno puede tener una interpretación después de verla, pero ésta es provisional; cuando se ve el filme una vez más, las concepciones y lecturas previas se modifican y están lejos de ser definitivas.
En El resplandor, Kubrick ofrece ambigüedad en una dosis ligeramente inferior a Resnais. De cualquier manera, es un filme que también ofrece el planteamiento de dudas: En pocas palabras, ¿cuáles son las motivaciones de Jack Torrance (Jack Nicholson)? ¿Él está afectado por una sensación de claustrofobia y aislamiento? ¿Cómo puede existir Jack en la década de 1980 y 1921? Estas son algunas de las ambigüedades que han alentado numerosas interpretaciones.
Las conexiones entre estas dos películas se sostienen en la forma en que intentan utilizar la ambigüedad espacio-tiempo para desorientar aún más al espectador. Los pasillos y espacios del hotel Overlook no hacen ningún sentido espacial. Hay ventanas que dan al aire libre en las habitaciones que, se supone, se orientan hacia el interior. El flujo del tiempo, como se mencionó anteriormente, también es misterioso: el encuentro de Jack en la habitación 237 y la fotografía (al final del relato) sugiere que el tiempo es circular o que existen líneas de tiempo alternativas simultáneamente. Del mismo modo, los tiempos y los espacios de la película de Resnais se mezclan. La vestimenta de los personajes sólo proporciona un punto de referencia temporal, pero los cortes, la voz en off y las diferencias espaciales hacen que el pasado, presente y futuro sean indistinguibles.
A continuación puedes ver un video, editado por Drew Morton (profesor de Cine y Comunicación Audiovisual en la Universidad de Texas), que conjuga las atmósferas ambiguas y misteriosas de ambos filmes:
LAST YEAR AT THE OVERLOOK from Drew Morton on Vimeo.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: Press Play