Las películas de terror son interesantes por la forma en que evolucionan a medida que avanza el relato. Por lo general, una película de terror consta de varias escenas y cortes. Estas escenas y cortes se utilizan a su vez para guiar al público por un camino de emoción. Para aprovechar al máximo esta experiencia, cada escena y corte debe estar bien planeado y producido no solo para transmitir la emoción correcta, sino también para transmitir la emoción en el momento adecuado y con la fuerza precisa. Si una película de terror solo consistiera en escenas de terror, entonces cada escena no tendría el mismo efecto en la audiencia como si solo hubiera un par de escenas de terror ubicadas en el momento adecuado. Un ejemplo es una escena en la que un personaje va a saltar sobre un agujero en el suelo. Si el personaje transmite el mismo sentimiento antes, durante y después del salto, el público tiene muy poco con qué trabajar. Dado que la audiencia reacciona al cambio, se necesita una variedad de emociones del personaje para enfatizar la emoción deseada ante la audiencia. Y precisamente, la edición o el movimiento de cámara pueden contribuir a ese objetivo, tal como se explora en How Camera Movement Makes Horror Terrifying, un videoensayo elaborado por In Depth Cine.
Trad. EnFilme
Fuente: In Depth Cine