Si el miedo hiciera un sonido, ¿cómo sería? Esa es una pregunta tramposa, en parte, porque el miedo y el silencio, la ausencia total de sonido, están inextricablemente ligados. John Carpenter entendió esto cuando hizo Halloween (1978). Desde luego que este filme de terror no es silente, incluso su banda sonora es una de las más famosas de la historia del cine, pero podemos decir que el enfoque de Carpenter, en su aguda edición y diseño de sonido, era reducir el campo de atención del espectador, de modo que lo que le ocurría a sus figuras centrales en cualquier momento era lo único que se notaba fácilmente: estrategia que permite que los eventos sean aún más aterradores, ya que se transmite la sensación de que el espectador también está viviendo esos sucesos. Así lo evidencia y analiza Julian Palmer con este excelente videoensayo titulado Halloween: The Fundamental Slasher.
Trad. EnFilme
Fuente: IndieWire