Video. ‘Rosy-Fingered Dawn’ (2002), un filme sobre Terrence Malick
El método de Terrence Malick para dirigir a sus actores
La llegada de una nueva película de Terrence Malick solía sentirse como una bendición, era tan rara. El solitario director desapareció durante veinte años, solo para resurgir como si no pasara el tiempo, pero comenzó a correr y luego a correr. Las películas de Malick ya no son como el cometa Halley y el director ha trabajado a un ritmo rápido y revitalizante desde The Tree Of Life (2011). Ha realizado cinco películas desde entonces y ha estado filmando casi cada año: To The Wonder (2012), Knight of Cups (2015), Voyage of Time (2016), Song to Song (2017) y Radegund, que muchos pronostican estará listo para el circuito de festivales de otoño en 2018.
Ya no es una rareza, ni se esconde mucho más, ver esa aparición pública en SXSW el año pasado, el patrón que ha surgido a través de todo este trabajo es el deseo de seguir empujando el envoltorio narrativo y ver cuán experimental puede ser.
Las obsesiones de Malick sobre la conexión, la pérdida, el amor y la forma en que nuestras vidas a menudo revolotean entre sí por un breve momento antes de volar a lo lejos se analizan a fondo en este videoensayo de Thomas Flight. Si a veces es abstracto, el videoensayo explora los patrones que hemos llegado a reconocer por parte del director. Song to Song, Knight of Cups y To the Wonder tienen momentos de intercambiabilidad. Cualquier fotograma podría suplantarse en una de sus otras películas y parecerse a la misma historia. Incluso cuando algunos acusan a Malick de repetirse una y otra vez (podría decirse que no está equivocado), su obra tiene una hermosa universalidad: todo funciona dentro del mismo espacio. El público simplemente viaja a diferentes lugares para ver desarrollar una historia más grande.
Las películas de Malick tienen una absoluta intimidad con ellos. Ver una de sus imágenes puede parecer que estamos mirando por la ventana o siguiendo a sus actores mientras configuran su propia historia. Son abstractos, reflexivos y meditativos, y se toman su tiempo para digerir por completo después de que sus créditos hayan llegado. Realmente no hay otro cineasta como Malick.
Algunos argumentarán que los mejores días de Malick están detrás de él y que la adoración del autor debería cesar. Eso también es difícil de refutar, pero este encantador análisis visual al menos te dejará deleitarte en el torbellino de imágenes, música y emoción.
Trad. EnFilme
Fuente: The Playlist