Las películas de Stanley Kubrick permanecen en la mente por muchas razones: su narración metódica pero abstracta, sus imágenes pictóricas y el congruente uso del sonido, sus profundas corrientes subyacentes de violencia y sexo. Pero también evocan mundos distintos, sus cámaras sondean lentamente sus configuraciones arquitectónicas y aclaran las estructuras de poder en las que operan los personajes.

En un video de Nerdwriter se compara Eyes Wide Shut (1999) con un juego de VR (realidad virtual). Se trata de una reflexión sobre la obra de Kubrick, así como las posibilidades de la realidad virtual, pero también plantea la cuestión de cómo se visualizaría el filme si fuera un videojuego de actualidad. Una suposición: el jugador estaría de pie en una habitación y vería a las personas tener relaciones sexuales y, entonces, uno de ellos se dirigiría a usted y le pediría que mirara a otra persona teniendo relaciones sexuales para eventualmente resolver un rompecabezas.

En última instancia, Eyes Wide Shut: The Game analiza la obra maestra enigmática de Kubrick como ejemplo de la “identificación experiencial” en donde el espectador se convierte en el Dr. William Harford (Tom Cruise). El momento en que Harford pone una máscara en la orgía ritual no es diferente de un jugador moderno activando un auricular Oculus; a partir de este punto, estamos esencialmente dentro de la cabeza del protagonista, luchando por dar sentido al horror que acabamos de soportar.

Trad. EnFilme 

Fuente: A.V. Club