Terrence Malick no es realmente un tipo con los pies en la tierra. Esa no es su capacidad como director, ni como ser humano. Ha decidido abrazar la poesía de la vida en todas sus formas, lo que a veces significa que sus películas pueden sentirse un poco frívolas. Otras veces, son sublimes. Casi siempre, se dirigen hacia arriba.
Su cámara mira al sol, buscando a Dios entre los cielos como lo hacen sus personajes en tierra firme. Un suave meandro hacia las alturas más sagradas hace que cada toma, que cada plano, sea una evocación anhelante del otro mundo. Terrence Malick, Toward The Light, un videoensayo de Martin Kessler, rastrea estas tomas con paciencia e interés, contextualizando una tendencia que es uno de los sellos estilísticos del autor.
Trad. EnFilme
Fuente: Film School Rejects