Aunque la Guerra Fría estaba en su apogeo, la década de 1950 fue una década de relativa paz y comodidad. Era una época de "la buena vida". En Estados Unidos, los suburbios estaban floreciendo y la televisión estaba transformando la cultura. En Europa, aunque las cicatrices de dolor seguían abiertas, se vislumbraba un anhelo por la recuperación de los estragos de la Segunda Guerra Mundial. La humanidad estaba entrando en la era espacial y la tecnología prometía un futuro brillante.
La Dolce Vita se filmó en 1959 en Roma y sus alrededores, y gran parte de ella se rodó en barrios reconstruidos de la posguerra. Su personaje principal, Marcello Rubini, interpretado por Marcello Mastroianni, es escritor de tabloides de chismes y se pasea por la Via Veneto con los paparazzi, los fotógrafos que venden sus fotos de celebridades a las hojas de escándalo. Los paparazzi ya habían existido por un tiempo, y han sobrevivido décadas después y su "cultura" se ha vuelto mucho más generalizada que cuando se hizo la película, una de las muchas razones por las que esta obra maestra ha seguido siendo un clásico.
La obra maestra de Federico Fellini ha inspirado a generaciones nacionales e internacionales de personas creativas y artistas por el alcance de sus temas y por el dominio del lenguaje cinematográfico. La actualidad de las críticas del director hacia la sociedad decadente de sus años, la originalidad de sus elecciones estilísticas y su gusto sofisticado por la belleza y la moda, lo llevaron a influir en los medios y la moda contemporánea en ese momento. Todos critican a su sociedad, pero son una expresión visible de la modernidad en su estilo y una influencia interminable en la publicidad. Su trabajo expresa el deseo de una identidad nacional, el deseo de una materialización del estilo italiano que todavía hoy inspira a cineasta, artistas, escritores, diseñadores de moda, que siguen esa idea del italianismo, que logró Fellini. La inspiración ha sido explícita para algunas marcas que imitaron su estilo, palabras y ubicaciones, y no explícita para aquellos artistas que consideraron a La Dolce Vita como un significado contemporáneo en la construcción de su propia identidad.
La Dolce Vita | Federico Fellini's Stylish Cinematic Landmark es un notable videoensayo de Leigh Singer en el que se analiza el elegante hito cinematográfico de Fellini, una película que, para citar a Martin Scorsese, "conquistó el universo". El autor explora el filme en relación con el movimiento neorrealista italiano y las películas de Fellini que realizó después de 1960, como 8½ y Amarcord.
Trad. EnFilme
Fuente: The Discarded Image