Wes Anderson se ha convertido, por decirlo de algún modo, en un género cinematográfico. Sus mundos de ficción poseen una coloración intensa, precisa y bien definida; el rigor, la exactitud y armonía en cada uno de los marcos que confecciona responden a una obsesiva y cuidadosa formalidad por parte del director texano. Sus composiciones, encuadres, variadas proporciones de aspecto y sorprendentes puestas en escena pueden estar familiarizadas con el trabajo del aclamado director sueco que casi comparte el mismo apellido de Wes.
Un nuevo videoensayo de Beyond the Frame, titulado The Magnificent Anders(s)ons - The Look of Reality, explora cómo Roy Andersson –cuya más reciente película, A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence, es una obra sorprendentemente original– comparte un vínculo estético con Wes. Además, el análisis se adentra en la producción creativa más temprana de ambos directores, estudiando cómo comenzaron de maneras similares y son, en gran medida, muy diferentes de su trabajo actual.
El primer trabajo de Wes Anderson fue un cortometraje en blanco y negro que en su mayor parte carecía de su estilo de marca registrada, aunque presentaba sus futuros y habituales colaboradores (Owen Wilson y Jason Schwartzman), mientras que Roy Andersson trabajaba en documentales políticos. Ambos Anders(s)ons han declarado que están inspirados en gran parte por el neorrealismo, y aunque ese estilo es casi completamente nulo en sus filmes de ahora, todavía quedan algunos pequeños rastros, específicamente en cómo ambos directores trabajan con sus actores.
EF (@EnFilme)
Fuente: The Film Stage