Come and See, el retrato de pesadilla de Elem Klimov de la invasión nazi en la Bielorrusia soviética, ha influido en muchas películas de guerra, pero ninguna ha equilibrado el horror físico y psicológico con algo parecido. Después de ocho años de espera de la aprobación oficial, cuando Come and See se lanzó finalmente en 1985, causó sensación en toda la Unión Soviética. Con casi 29 millones de entradas vendidas, la película entró en el canon de las películas de guerra soviéticas no solo por su exposición a una amplia audiencia, sino también por su implacable violencia y emoción.
La acción se lleva a cabo en la SSR rural de Bielorrusia, donde el protagonista Flyora (Aleksey Kravchenko) es reclutado por los partidarios y lanzado de cabeza al asalto alemán blitzkrieg en las aldeas locales. Siguiendo la tradición realista socialista de representar a niños en guerra, el espectador es sometido al trauma experimentado por Flyora cuando se transforma de un adolescente descarado en un joven devastado.
¿Es posible no solo capturar las emociones de nuestros personajes sino también a través del cine, transformar al observador en un participante? En este videoensayo, Channel Criswell analiza la manipulación de la vista y el sonido en el filme de Elem Klimov. Al ofrecer la ilusión de una experiencia sensorial compartida, la película invita al espectador a convertirse en el personaje principal.
Trad. EnFilme
Fuente: 8 Hours
Y aquí pueden ver la obra maesta de Elem Klimov completa...