Durante una carrera influyente, pero breve, que abarcó un cuarto de siglo y trece filmes, Jean-Pierre Melville fue reconocido como un maestro del género criminal dentro de la cinematografía francesa, representando el despiadado inframundo parisino en una serie de elegantes y metódicos thrillers. Ningún otro ejemplo es tan sutil para reflejar el minimalismo de Melville que Le samouraï (1967), protagonizado por Alain Delon como un asesino muy disciplinado que, después de un trabajo fallido, debe recurrir a muchos de los astutos trucos de su oficio para eludir la captura. Si bien Melville frecuentemente presentaba a los personajes con poco uso de la ley, él mismo no expresó ninguna simpatía particular por el estilo de vida criminal. En este clip compartido por Criterion Collection, el director explica la naturaleza precisa de su atracción narrativa por el sórdido mundo del gangster, describiendo la forma del cine noir como un vehículo conveniente para explorar temas humanos elementales como libertad y traición.
EF
Fuente: Criterion Collection