Tras el fracaso de una operación, dos asesinos a sueldo, Ray (Colin Farrell) y Ken (Brendan Gleeson), reciben la orden de su jefe Harry (Ralph Fiennes) de abandonar temporalmente Londres y trasladarse, durante algún tiempo hasta que se calmen las cosas, a la ciudad de Brujas, en Bélgica. Esta es la premisa de In Bruges (2018), la tórrida comedia negra de Martin McDonagh. Con diferentes personalidades sobre cómo perciben la pintoresca ciudad, las órdenes del jefe arrojan una división importante entre los dos maleantes poniendo en juego sus posturas y certezas morales.
Procedente de The Nerdwriter, el siguiente videoensayo explora la idea de “Brujas como purgatorio” y cómo Martin McDonagh establece un juego de la moralidad en las conversaciones y acciones de los personajes. Al mirar la estructura de la película –sus temas religiosos y cómo se reflejan en los actos, el estado de ánimo y el diálogo de los protagonistas– se percibe un reloj post-visual perfecto para una de las mejores películas de la última década.
Trad. EnFilme
Fuente: The Film Stage