La idea del tren fue útil para Alfred Hitchcock como símbolo visual por varias razones. Fue, en primer lugar, muy familiar para toda su audiencia porque se convirtió rápidamente en el contenedor de la acción de la película. Este rasgo también fue una especie de restricción, ya que proporcionó un desafío creativo a Hitchcock al mismo tiempo que brindaba tranquilidad a los administradores financieros de la producción. El tren no solo contenía la acción de la película, sino que también proporcionaba un fondo escénico y cinematográfico a través de la ventana del tren. La observación ligeramente separada del mundo, facilitada a través de la ventana del tren, se entendía como análoga a la sensación de soñar. La expresión “tren de pensamiento” da crédito a las asociaciones entre el viaje en tren, el movimiento y el sentimiento.
Además de estos posibles significados y asociaciones, existen todos aquellos generalmente asociados con la velocidad y las máquinas. El lujo opulento del tren, evidente en el nombramiento de vagones, y la calidad del servicio están implícitos en la idea de los viajes internacionales expresos. Todo esto posiciona a los protagonistas dentro de una narrativa de dinero, poder y política.
EF
Fuente: Trois Couleurs