El término «superluna» fue acuñado por primera vez por el astrólogo Richard Nolle para describir la Luna llena o nueva cuando está a menos de 223,000 millas (359,000 km) de la Tierra. Eso es aproximadamente un 6% más cerca que la distancia promedio entre la Tierra y la Luna, que es de 239,000 millas.
A pesar de estar más cerca de lo habitual, las superlunas son bastante comunes y, según la definición de Nolle, tienen lugar varias veces al año. Pero los medios de comunicación no se entusiasmarán con eso: ¿te imaginas los titulares publicitando: “Sal y mira la Luna que es un poco más grande de lo normal!” o “¡Cuidado con este increíble evento que ocurre varias veces al año!”.
Cuando las superlunas están en las noticias, es posible que escuches estadísticas sorprendentes sobre el aumento de tamaño y brillo, pero no te dejes engañar. Cualquier superluna dada solo puede ser un porcentaje pequeño más grande que la luna llena promedio. La mayoría de las fuentes anuncian aumentos de mayor tamaño porque se comparan con la Luna llena más pequeña del año. Una superluna también puede traer las mareas más grandes del año porque una Luna más cercana ejerce una atracción gravitacional más fuerte y crea más variación entre las mareas. Sin embargo, esta variación no es suficiente para explicar terremotos masivos, inundaciones o erupciones volcánicas.
A lo largo de la historia, el cine de ficción se ha dado a la tarea de generar y plasmar imágenes y representaciones de las superlunas –ya sean enigmáticas e intrigantes, o elegantes y bellas–, así como nos lo recuerda el usuario de Vimeo, Ariel Avissar, en el notable supercut titulado Supermoon.
Trad. EnFilme
Fuente: Ariel Avissar (Vimeo)