La secuencia de nueve minutos en Nostalghia (1983) de un hombre que lleva una vela es, quizá, uno de lo momentos más poderosos y memorables de toda la filmografía de Andrei Tarkovsky.
Según Oleg Yankovskiy, cuando se reunió por primera vez con Tarkovsky para hablar sobre la filmación, el director le pidió al actor que lo ayudara a realizar una gran idea para “mostrar una vida humana completa en una sola toma, sin ninguna edición, de principio a fin, desde el nacimiento hasta el momento de la muerte”. Tarkovsky visualizó la vida en forma de una vela. “Recuerden las velas en las iglesias ortodoxas, cómo parpadean. La esencia misma de las cosas, el espíritu, el espíritu de fuego”. Y así, el acto de llevar la vela a través de un estanque fue nada menos que el esfuerzo de toda una vida encapsulado en un solo gesto. “Si puedes hacer eso”, desafió Tarkovsky a Yankovsky, “si realmente sucede y llevas la vela al final, de una sola vez, en línea recta, sin trucos de magia ni edición de corte, tal vez este sea el verdadero sentido de mi vida. Sin duda será el mejor disparo que he hecho, si puedes hacerlo, si puedes resistir hasta el final”.
El reconocimiento de la metáfora de la vela inspiró a Kevin B. Lee, quien creó un hermoso video titulado Andrei Tarkovsky’s Cinematic Candles. Tomó los 123 planos del fiilme, los aisló (para cotejar su duración con la secuencia de la vela) y luego los colocó en una sola imagen que parpadea a medida que la vela se apaga lentamente.
Trad. EnFilme
Fuente: Filmmkaer Magazine